El desprecio por lo mexicano en nuestro futbol se vuelve cada día un asunto más vergonzoso, ejemplos sobran y me centraré en el caso de los DTs. Dos casos que me parecen paradigmáticos son en del argentino el Tano Ortiz, que ya se cansó de, con plantillas multimillonarias, no poder jugar una final siquiera, ahora con la última humillación hecha por un club de nivel Liga Expansión Mx, sí de la MLS, el Columbus Crew que lo eliminó en el tan cacareado y fortaleza débil si es que la hay en nuestra liga, “el gigante de acero”, donde cualquiera llega y les pinta la cara, pero ya sea en Rayados o con América. Ortiz ya demostró que no es apto para dirigir a un club grande, sin embargo, ahí sigue y seguirá, cobrando sueldos estratosféricos.

La otra cara de la moneda es Benjamín Mora, entrenador que emigró a la lejana Malasia a dejar escuela y a ganar de todo, estudioso del futbol y sus tácticas y estrategias, el Atlas le brindó una oportunidad, pero con el maldito cortoplacismo por delante, mismo del que no padecen DTs extranjeros, siendo cesado cuando apenas y le iba dando forma al más reciente subcampeón mexicano; el resultado: Atlas fue el peor equipo de la temporada 2023/2024, con todo y su relevo extranjero en el banquillo.

Otro ejemplo es el Puebla, se contrató en la Angelópolis a un relevo extranjero, argentino también de apellido Carevic, que no hizo sino hundir más al equipo, haciéndolo merecedor a un récord lastimoso: el peor equipo en cuanto a puntos cosechados, con cinco, desde que existen los torneos cortos (1996). Baste recordar que el hoy olvidado Profesor José Guadalupe Cruz no solo hizo competir al equipo, sino incluso conquistar su único título en primera división desde 1990, que fue el torneo de Copa en el año 2015.

Seguros estemos de que Cruz habría hecho algo mucho más digno que Carevic, pero en fin, aquí en México el malinchismo es celeste y blanco en el futbol, así el mundo de este deporte en el país andino se burle constantemente de México y su balompié.

Paradójico y también penoso es que justamente un argentino confíe más en el talento mexicano que cualquier otro nacional, como lo es el profesor Guillermo Almada y sus milagros con el Pachuca.