Sin duda uno de los temas de moda lo es la marihuana, muy olorosa y muy cotizada entre jóvenes y adultos.

                La marihuana no distingue estratos sociales, económicos, profesionales, mucho menos edad, cada día en nuestro País su característico aroma es más frecuente en nuestras calles, aroma que estos últimos seis años ha estado impregnando con un toque extra, el olor a sangre.

                En el transcurso de los años han sido más las muertes y accidentes relacionados con el consumo de alcohol, y es más la reacción de “susto” que he visto en las personas con tan solo pronunciar el consumo legal de marihuana, mundo al revés, moral desproporcionada.

De seguir como sociedad de doble moral, el alcohol y su consumo, y su desproporcionada promoción seguirá causando muertes y enlutando familias, curioso es, ver que estos accidentes terribles están muy por encima a los relacionados con el consumo de marihuana.

Respecto de su legalización, el llevarla a cabo pensando que su solo hecho lleva implícito, y en automático, un cese a la violencia, es totalmente falso, y es un discurso sin fundamento alguno, ya que en la actualidad, en primer lugar existe una gran variedad de drogas para la misma variedad de consumidores, aunado a que el crimen organizado ya no solo “vive” de este ilícito en particular.

Lo que sí es urgente y necesario es dar inicio y retomar campañas de educación, y sobre todo de prevención,  sobre uso y consumo de drogas, tanto legales como ilegales, que partidos políticos de todos sus colores se solidaricen con el bien común y la sociedad sea participe de ello.

La Encuesta Nacional de Adicciones 2011, declara: “El consumo de alcohol es el principal problema de México”. Incluso citan que, el uso de drogas ilícitas se ha mantenido estable con respecto a la misma medición en 2008.

Entonces, porque nuestro Gobierno (saliente) se empeño y enfrasco en una “guerra” donde no existía un problema grave de consumo?.

Ahora, sin entrar en el eterno debate de la legalización, me cuestiono:

 

No era con balas la solución, sin duda gobierno y sociedad debieron haber sido enfáticos, decididos y fuertes, pero,  privilegiando, por encima de la violencia, los programas de prevención de consumo y prevención del delito, por sentido común sin duda ese debió haber sido el orden a seguir, creo yo!

 

Cualquier forma de adicción es mala, no importa si el narcótico es alcohol, morfina o idealismo.

Carl Jung.