El nuevo gobierno federal terminó de repartir cargos y la gran perdedora, al final, fue Elba Esther Gordillo con los nombramientos deSebastián Lerdo de Tejada en el ISSSTE y de Alba Martínez Olivé en la Subsecretaría de Educación Básica. “La Maestra”, pues, camina sobre hielo muy delgado y sobre su cabeza pende la espada de Damocles para convertirse en el primer quinazo de Enrique Peña Nieto. Como en un tablero, las piezas han sido desplegadas y ya es sólo cuestión de tiempo para que empiece la persecución del jaque mate.

Por contagio, el gobierno morenovallista también corre peligro por la identificación política entre el mandatario estatal y la lideresa ¿vitalicia? del SNTE. Si lo accesorio sigue la suerte principal, el gobernador Moreno Valle debe arrancar una recomposición de alianzas dentro y fuera de Puebla para apertrecharse de lo que pueda ocurrir en 2013.

Si el nombramiento de Emilio Chuayffet al frente de la SEP fue malo, peor es la llegada de Alba Martínez Olivé en la Subsecretaría de Educación Básica, una académica muy decidida en su postura anti SNTE y que en la última década tiene cientos de declaraciones y artículos académicos en contra de Elba Esther. Algunas fuentes consultadas señalan que se trata de la principal asesora técnica de Claudio X. González y de Mexicanos Primero. Así de mal andan las cosas para “La Maestra”. Con Lerdo de Tejada las relaciones no son buenas, y tratándose de la seguridad social que se presta al casi millón de maestros por todo el país, su nombramiento tampoco es conveniente para los intereses del sindicato magisterial.

Por una simple ley física todo lo que sube tiene que bajar. Elba Esther cosechará el arrebato de soberbia que la hizo romper la coalición con el PRI en aquel famoso viernes negro que sacudió a México. El berrinche al no poder asegurar las posiciones legislativas para su familia —Mónica Arriola y Fernando González— le hizo tener un mal cálculo: pensó que los comicios se cerrarían y en el día decisivo iban anecesitar su ayuda para derrotar a López Obrador. Entonces le iba a pasar a Peña Nieto una factura bastante onerosa. Pero no: el mexiquense ganó por un margen cómodo de 7 puntos y el teléfono de Elba Esther nunca recibió la anhelada llamada.

Elba Esther, pues, jugó sola en las elecciones federales y se quedó sin alianzas en el sistema político. Su soberbia la llevó a rechazar un acuerdo con la candidata panista Josefina Vázquez Mota: privilegió las diferencias personales a las negociaciones políticas. Con Andrés Manuel López Obrador un acuerdo siempre fue imposible. Y Peña Nieto ya había aceptado un pacto con “La Maestra” que rompió en un berrinche. Hoy no hay fuerza política alguna o medio de comunicación que hable en su favor, y sus esperanzas en que el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, sea el encargado de la interlocución, se desvanecen.

El influyente periodista Raymundo Riva Palacio, en su columna “Estrictamente Personal”, reveló la semana pasada un último intento de negociación conducido por Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de la Presidencia, con el yerno Fernando González, en el que se hablaría de las posiciones con las que Peña Nieto pagaría a “La Maestra”. La designación de Alba Martínez Olivé evidencia que ese último intento de negociación fracasó rotundamente.

Un último dato: Jesús Zambrano, dirigente nacional en crisis del PRD, anunció el fin de semana que la primera iniciativa que se aprobará en el Congreso como producto del Pacto por México es aquella con la que se pretende “quitar el control de la educación básica a Elba Esther Gordillo y al SNTE”. Es decir, se encuentra planchada por todas las fuerzas políticas. La iniciativa anti Elba Esther, luce imparable.

¿Qué tiene Elba Esther Gordillo para resistir el quinazo de arranque sexenal? Una senadora y 10 diputados federales. Su partido político, Nueva Alianza, que ni siquiera fue requerido a la firma del Pacto por México. Tiene muchísimo dinero, y casi un millón de maestros que podrían paralizar al país si se fueran a huelga. Y habrá que ver si en su inventario de alianzas para resistir coloca al gobernador poblano.¿Puede darse ese lujo Moreno Valle? ¿Luchar brazo con brazo con quien es su mentora política, o asistir a su caída sin mover un músculo?

Los mecanismos de la política, sin embargo, siguen su curso natural. El callejón de los chingadazos está cerca, aunque siempre podrá negociarse una salida “por las buenas”. Aún con todo su poder, no creo que Elba Esther tenga la fuerza para chocar frontalmente contra un Presidente. La legitimidad, incluso, estará del lado de Peña Nieto. ¿Qué medio de comunicación se pondrá del lado del SNTE?

Las piezas están desplegadas en el tablero. La operación para destruir a Elba Esther se mueve sin sigilo.