El Papa Francisco expresó que la Iglesia no repudiaba las uniones homosexuales desde la ley civil

La Congregación para la Doctrina de la Fe es el organismo de la Santa Sede responsable de velar por la ortodoxia y por la pureza de la fe católica, así como de asesorar al sumo pontífice en materia de doctrina. El lector recordará que, durante una buena parte del pontificado de Juan Pablo II, Joseph Ratzinger, futuro Benedicto XVI, encabezó este órgano y fue responsable de la dirección de la redacción del nuevo catecismo de la Iglesia.

El pasado 15 marzo la Congregación se pronunció finalmente sobre el matrimonio entre personas del mismo género. A la luz de documento publicado, la Iglesia se encuentra imposibilitada de avalar la unión homosexual, no debido estrictamente al aspecto pecaminoso del matrimonio entre personas del mismo sexo, sino derivado de la imposibilidad de la procreación, entendida ésta como el pilar fundamental de la familia.

Previo a ello, en un comunicado pobremente comprendido y mas irresponsablemente difundido, el Papa Francisco expresó que la Iglesia no repudiaba las uniones homosexuales desde la ley civil. El pontífice argentino, en esa voluntad tan suya de mostrar el cariz incluyente de la Iglesia, evadió hábilmente el tema de las uniones bajo la égida de la Iglesia; algo que fue recibido por la comunidad lésbico-gay como un signo más de apertura hacia su particular condición. Sin embargo, el 15 de marzo, como bien he señalado, la Congregación para la Doctrina de la Fe aclaró finalmente el mensaje del Papa.

El propio documento, colgado en la página oficial de la Santa Sede, expresa claramente que la Iglesia universal no repudia a los homosexuales en tanto que tales. Sin embargo, derivado de la Sagrada Escritura y de la Tradición (sí, con T mayúscula) y a la luz de la exégesis católica, Roma no puede bendecir uniones que no sean entre un varón y una mujer.

El pronunciamiento de la Iglesia ha causado polémica en México, y sin duda, en el movimiento feminista; este último comprendido no únicamente como una reivindicación de los derechos de las mujeres a la paridad frente a los varones, sino al cumplimiento de su voluntad de unirse voluntariamente a otra mujer. Desde el comunicado de la Santa Sede, se ha confirmado que sus uniones no podrán inscribirse en el marco de la fe defendida por la Iglesia católica.

¿Cómo afectará esto a la práctica de la fe católica en México y en el mundo?

A la luz de las últimas estadísticas, más de 1,200 millones de personas se definen como católicos en el globo. Sin embargo, a raíz de los vaivenes materialistas en el mundo y del surgimiento de las teorías liberales, la práctica del catolicismo languidece en una buena parte de Occidente, principalmente en Europa.

Finalmente, huelga señalar que los casos de abuso infantil perpetrados por sacerdotes católicos han lastimado severamente a la Iglesia. En el caso de México, el vergonzoso caso de Marcial Maciel y la reciente publicación de los Legionarios de Cristo intitulada Informe Anual 2020: verdad, justicia y sanación sobre curas pederastas pertenecientes a la congregación mexicana han avergonzado profundamente al Papa y a los millones de católicos que creen firmemente en la misión salvífica de la Iglesia, así como a quienes ven en la institución una fuerza del bien en el mundo.

En suma, la Iglesia universal ha visto mejores días. Hoy día, empero, se ubica aún como la confesión cristiana más extendida en el planeta. 

Dos mil años de existencia la avalan. Por tanto, prevalecerá.