Adele protagoniza la portada edición diciembre de la revista Vanity Fair, número que estará disponible a partir del 8 de noviembre.
Además de realizar una sesión fotográfica, la cantante platicó de lo que fue su batalla contra la depresión postparto.
"Yo tenía muy mala depresión posparto después de tener a mi hijo, y me asustaba. [...] Mi amigos que no tienen hijos se sentían molestos conmigo... mientras que yo sabía que sólo podía sentarme y charlar de papilla con mis amigos que tenían hijos, y no iban a juzgarme entre sí. Un día le dije a un amigo: 'odio esto'. Mi conocimiento de post-parto o post-natal, como lo llamamos en Inglaterra, es que usted no quiere estar con su hijo; estás preocupada de hacerle daño a tu hijo; estás preocupada de que no estar haciendo un buen trabajo. Pero yo estaba obsesionada con mi hijo. Me sentía muy insuficiente. Me sentía como si hubiera hecho la peor decisión de mi vida. Con el tiempo me dije, voy a darme una tarde a la semana sin mi bebé. Un amigo mío dijo: "¿De verdad? ¿No te sientes mal?'. Dije, 'lo hago', pero no fue tan malo como me sentiría si no lo hubiera hecho."
Y claro, tocó el tema de su lucha contra el alcohol: “Tener una resaca con un niño es una tortura", dijo. "Imagínese un molesto de tres años de edad, quien sabe que algo va mal; es el infierno... Me encantaba estar borracha, pero a medida que fui más famosa despertaba a la mañana siguiente y pensaba: '¿Qué mierda fue lo que dije y quién carajo lo dijo a?' Puedo ver desde una perspectiva externa. Nunca voy a escribir canciones tan buenas como las del disco 21, pero no soy tan indulgente como era entonces, y no tengo tiempo para desintegrarse como lo hice entonces. Yo estaba completamente fuera de mi escribiendo ese álbum, y una lengua borracha es honesta. Me gustaría beber dos botellas de vino, y me encanta de fumar. A continuación, me gustaría escribir letras y la reflexión de la mañana siguiente, joder, eso es bastante bueno... Pero desde que he tenido a mi bebé, yo no soy tan despreocupada como solía serlo”.