Cuando terminamos con una pareja con quien compartíamos absolutamente todo dentro y fuera de las redes sociales, nos aparece la locura, la curiosidad y el deseo de saber qué está haciendo el otro…

Claro, a veces es un tanto inevitable caer en la tentación pero es bastante necesario ponerle un alto a la curiosidad. El Facebook es el agujero web en el que todos caemos y en el que solamente con unos cuantos clicks podemos enterarnos de lo que cualquier persona en el planeta hizo, especialmente nuestros ex.

Ojo, no necesitas saber demasiado de salud mental para darte cuenta que el acechar a tu ex no es sano…  Estar revisando sus fotos, sus videos, si tiene nueva pareja, si sale con alguien nuevo, si se fue de fiesta y demás, lo único que despertará en ti es ansiedad, enojo, tristeza y más.

El problema está en que desde un principio sabías que te encontrarías en algo asi como una psicosis cibernética que te partiría en dos el corazón. ¿Eres masoquista?, tal vez no...

De acuerdo con un estudio publicado por la revista Cyberpsychology, este tipo de comportamiento aumenta la angustia mental y aunque no lo creas, el deseo sexual; básicamente todas las cosas que en teoría, debes desaparecer al pasar por una ruptura.

La psicóloga Tara Marshall publicó en la revista mencionada anteriormente, que al stalkear a tu ex, lo único que estás haciendo es prolongar el proceso de cicatrización, literalmente.

Cada relación y ruptura es diferente. Algunas personas están muy bien con la transición directamente hacia una amistad. Pero si estás tratando de olvidar a alguien, ni una amistad es sana (al menos por un rato). Lo mejor es guardar cierta distancia psicológica y dejar que el tiempo se haga cargo del resto.