Montevideo.- La posibilidad de que el Estado uruguayo se encargue de la producción y venta de marihuana está cada vez mas cerca con el avance del proyecto de ley en el Parlamento, donde a partir de mañana empezará a estudiarlo la oposición.
El texto pasó a la Comisión Especial de Adicciones de la Cámara de Diputados, después de haber sido aprobado el martes por los diputados del gobernante Frente Amplio (FA), que tiene la mayoría, y desde mañana lo analizarán los de la oposición, dijo hoy a Efe el diputado Sebastián Sabini, uno de los redactores del proyecto.
La iniciativa, que fue lanzada en agosto pasado por el presidente José Mujica y ha suscitado una viva polémica en Uruguay y fuera del país, autoriza al Estado a asumir "el control y la regulación de actividades de importación, exportación, plantación, cultivo, cosecha, producción, adquisición, almacenamiento, comercialización y distribución de cannabis o sus derivados".
El borrador del proyecto establece la creación del Instituto Nacional del Cannabis (INCA), que entre otras funciones tendrá la de autorizar los cultivos y los locales de venta.
Además, autoriza que el consumidor cultive hasta seis plantas de cannabis, con una cosecha máxima de 480 gramos anuales, para uso doméstico "destinado al consumo personal o compartido dentro del hogar".
También se permitirá la instalación de clubes con hasta 15 socios, que pondrán cultivar 90 plantas de cannabis.
La publicidad, la difusión de marcas o el patrocinio de alguna forma para impulsar el consumo de marihuana "quedará prohibido", agregó el legislador.
Para acceder a los 40 gramos mensuales autorizados los consumidores deberán registrarse "pero la privacidad de sus datos está garantizada por la ley" y recibirán un carné únicamente con un código de barras para acceder a las compras.
En principio está previsto que esos 40 gramos de marihuana, con los cuales se pueden confeccionar unos 20 cigarrillos, tengan un coste de 700 pesos (35 dólares).
"Es un proyecto serio, con buen respaldo jurídico y que tiene como objetivo final controlar el mercado de venta de marihuana y combatir el narcotráfico", agregó Sabini.
El presidente Mujica defendió su iniciativa con el argumento de que "por la vía represiva" la guerra contra el narcotráfico "se está perdiendo en todas partes".
"Lo que me asusta es el narcotráfico, no la droga. Lo de México me sacudió el alma", indicó el presidente uruguayo en declaraciones hechas esta semana a la cadena BBC en referencia a la violencia desatada en ese país norteamericano por los carteles de la droga.
Mujica opina que con las actuales políticas se alimenta el mercado negro alrededor de la marihuana. "Me envenena, porque cada vez tengo que gastar más plata en policías, en cárceles y en las consecuencias. Y no tengo plata para atender a los enfermos", afirmó.
El consumo de marihuana no está penado en Uruguay pero sí la compra y venta de la droga y también el cultivo.
De acuerdo a cifras de la Junta Nacional de Drogas, el 20 % de los uruguayos de edades entre los 15 y los 65 años consumió marihuana alguna vez en su vida, el 8,3 % consumió en el último año y el 4,9 % en el último mes.
El FA tiene mayoría en ambas cámaras como para aprobar el proyecto de ley, pero algunos legisladores oficialistas han expresado reparos respecto a la postura del Gobierno.
Sondeos privados realizados antes del anuncio de Mujica indicaron que el 60 por ciento de los uruguayos es contrario a despenalizar la producción y venta de marihuana.
Hace un mes el expresidente uruguayo Tabaré Vázquez (2005-2010), también del Frente Amplio, que precedió a Mujica en el cargo y a quien los analistas sitúan como principal candidato de cara a las elecciones de 2014, manifestó sus dudas sobre el plan del actual Gobierno de legalizar la marihuana.
Vázquez, oncólogo de profesión, dijo que el consumo de marihuana es "tanto o más" dañino que el de tabaco y recordó que los países que legalizaron esa droga están replanteándose esta situación.
"No hay que consumir marihuana, simple y llanamente, no hay que consumirla", subrayó Vázquez, quien durante su gestión impulsó una férrea campaña antitabaco.