Rumania.- Cientos de pastores molestos se enfrentaron a la policía a las afueras del Parlamento rumano, para protestar por una ley que restringe el número de perros pastores que podrán emplearse para dicha actividad durante el invierno.
De acuerdo con las autoridades rumanas, los perros pastores de los Cárpatos son agresivos y matan a la fauna silvestre tal como los venados y los jabalíes, que son las presas favoritas de los cazadores, además consideran que el veto favorece el medio ambiente.
Sin embargo, los pastores consideran que la ley atenta contra el pastoreo en las zonas de la nación balcánica.
Los policías arrojaron gas lacrimógeno en contra de los pastores, algunos de los cuales portaban su atuendo tradicional elaborado con pieles de oveja y estaban ataviados con cuernos. El recuento de los manifestantes sumó cerca de 4 mil, algunos de los cuales viajaron desde muy lejos para sumarse a la protesta.
Un senador hizo un llamado al Primer Ministro, Dacian Ciolos, debido a la inusitada protesta para pedirle que modificase la ley en una audiencia de emergencia, sin embargo, el Ministro se excusó diciendo que no era posible debido a que la ley la había votado ya, el Parlamento, aunque se comprometió a encontrar una solución legal.
En específico, la ley dictaminada en junio señala que los pastores sólo podrán usar un perro para pastoreo en llanura, dos para terrenos elevados y un máximo de tres para rebaños de montaña; el problema es que si los pastores violan la ley, los perros podrán ser asesinados, además se prohibe el pastoreo de diciembre a abril.
La ley es apoyado por cazadores, una actividad popular durante la dictadura de Nicolae Ceausescu, que vive un renacimiento entre la gente adinerada.
El pastoreo es la actividad base de la Rumania rural, que cuenta con 10 millones de ovejas y 1.5 millones de cabras.
De acuerdo con la secretaria general de la Federación de Granjeros, Ionica Nechifor, la muerte de los perros pone en peligro a las ovejas, puesto que los rebaños de montaña requieren al menos 10 perros y un promedio de cinco o seis para el pastoreo de llanura o colinas.
Con información de The Salt Lake Tribune