Sobre el Caso Ayotzinapa hay nuevas versiones en las que señalan a militares por recibir 50 mil pesos mensuales de Guerreros Unidos.
De acuerdo con el diario Reforma, un testigo protegido de nombre “Carla” reveló ante la Fiscalía General de la República (FGR) que hasta 20 integrantes del 27 Batallón Infantería en Iguala recibían hasta 50 mil pesos mensuales de Guerreros Unidos a cambio de facilitar la operación de los criminales.
Este supuesto dinero era entregado por los jefes del cártel que controlaba Iguala para que “pudieran trabajar”.
Acusan al Ejército de vender armas al crimen organizado
El mismo testigo refiere que el Ejército le vendió armas al crimen organizado, pero no detalla qué tipo de armamento le era entregado a los delincuentes.
Una declaración de un testimonio más, identificado como “Juan”apunta a que elementos del 27 y 41 Batallón Infantería recibían mensualmente de 60 hasta 120 mil pesos por protección y para llevar drogas y armas en vehículos militares.
Según “Carla”, miembros del 27 Batallón Infantería en Iguala que vendieron armas a Guerreros Unidos, a su vez prestaban las mismas a un grupo de reacción inmediata de la Policía en Iguala, conocido como “Los Bélicos”, al que se atribuye haber entregado a los 43 estudiantes de Ayotzinapa al narcotráfico.
El testimonio de “Carla”, también refirió que el primer día del mes les hacían llegar los 50 mil pesos a cada uno de los militares involucrados en un sobre.
Con esta entrega de dinero, el grupo también tenía facilidades para transportar libremente droga, armas y de recibir información anticipada.
Este dinero era entregado en sobres en unas canchas de fútbol conocidas como el Maracaná, por sicarios apodados como el “Mickey”, “El Reno”, que hacían esta entrega a un militar conocido como “El Bóxer”, que al parecer era capitán de nombre Trino, aunque no hay más detalles de él.
“El Bóxer”, se encargaba de repartir este dinero a todos los elementos del 27 Batallón Infantería en Iguala, aunque se señala que había otro soldado apodado como “El Nuevo”, de ese entonces de 22 años, quién también buscaba a los criminales para cobrar un soborno.
También otro militares señalados de recibir estos supuestos sobornos fueron Vladimir y Crespo (Capitán José Martínez Crespo).
En la supuesta “nómina” del narcotráfico habrían estado incluidos el Procurador y el Secretario de Seguridad Pública de Guerrero de ese entonces.
Además “Carla” señaló a “El Bóxer” de haber entregado a al menos 5 estudiantes de Ayotzinapa para que los asesinaran, a quiénes traslado hacia Taxco y entregó al jefe de Sicarios “El Profe”, aunque hay versiones que se contraponen al saber si realmente el militar participó directamente en la muerte de los jóvenes o no.
El testimonio de “Carla” fue usado por la Unidad Especializada en Investigación y Litigación del Caso Ayotzinapa para poder obtener órdenes de aprehensión del pasado 13 de junio contra 16 militares que presuntamente estuvieron implicados en la desaparición de los 43 estudiantes.
Este mismo testigo protegido apunto a Ramiro Alvarado Sánchez “La Minsa” y Lorenzo Bello Hernández, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública estatal como los asesinos de Julio César Mondragón Fontes, uno de los jóvenes estudiantes de Ayotzinapa que supuestamente habían desollado del rostro.
Sin embargo refieren que esta información no ha podido ser verificada porque un dictamen de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), concluyó Julio César Mondragón Fontes murió a causa de un traumatismo craneoencefálico causado con un objeto contundente y que el desprendimiento de su piel fue por la fauna local.
¿Quiénes era los Guerreros Unidos?
El grupo criminal de los Guerreros Unidos fue formado en 2011 por Cleotilde Toribio Rentería, “El Tilde”, según una investigación realizada por Milenio.
“El Tilde”, inicio sus operaciones criminales bajo el mando de Édgar Valdez Villarreal “La Barbie” en el año 2005, bajo el grupo de “Los Pelones” que controlaron diversas zonas de Guerrero hasta llegar al estado de Morelos.
Pero al ocurrir la detención de “La Barbie”, “El Tilde” pasó por otro grupos criminales, de los que se salió al poco tiempo y según información de la misma Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) formó a los Guerreros Unidos en 2011.
En su principio, Guerreros Unidos operó en los municipios guerresenses de:
- Iguala
- Taxco
- Ciudad Altamirano
Aunque también tuvo alcances en Cuernavaca, Morelos.
Este grupo criminal con su llegada se desató una fuerte ola de violencia en Guerrero porque este estado era controlado por los cárteles de Los Beltrán Leyva y La Familia, y al generarles una competencia el derramamiento de sangre aumentó, hasta que la entidad se convirtió en primer lugar en el país en tener homicidios dolosos.
Más tarde, Guerreros Unidos sufrió un fuerte golpe a su organización con la detención de “El Tilde” en julio de 2012 por el ejército junto con su contador del grupo, Mario Saúl Farfán Ortiz en Santa Fé en la Ciudad de México (CDMX).
Luego de su detención, Mario Casarrubias Salgado, alias el “Sapo Guapo”, tomó su control y extendió su poderío hasta el Estado de México, pero también perdió el liderazgo del grupo y fue reemplazado por Gonzalo Martín Souza Neves, quién también a los pocos meses fue detenido.
Según Milenio, el actual cabecilla de Guerreros Unidos es “El Chucky”, de que no se tiene información de su nombre real.
El alcance de Guerreros Unidos en el mundo del narcotráfico ha sido hasta Chicago, Estados Unidos al transportar cocaína a la unión americana.
Guerreros Unidos es señalado por la desaparición de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa y de tener nexos con José Luis Abarca, alcalde de ese municipio, dicho grupo habría participado en los crímenes cometidos contra los jóvenes de los que aún no se sabe qué pasó oficialmente con ellos.
Hasta la fecha, algunos testigos habrían confirmado la versión de la “verdad histórica” que apunta que los jóvenes fueron asesinados y sus cuerpos incinerados en el basurero de Cocula, aunque las versiones contrastan con los nuevos hallazgos de parte del gobierno del presiente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
El grupo criminal sigue en operaciones, y de los jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa aún no se tiene una versión clara de qué pasó con ellos.