México.- La furia de ?Patricia?, catalogado como un superhuracán de efectos ?potencialmente catastróficos?, habría sido frenada por dos gigantes naturales que se le equiparaban: la Sierra Madre Occidental y el Eje Volcánico Transversal, según la hipótesis preliminar de expertos.
Con vientos que alcanzaron los 325 kilómetros por hora y rachas de hasta 400, el inminente arribo de ?Patricia? a territorio nacional se preveía devastador, por lo que atrapó la atención no sólo de autoridades mexicanas, sino del mundo entero; no obstante, su paso por tierra no causó víctimas mortales y dejó afectaciones menores en infraestructura y viviendas de Jalisco, Nayarit, Colima y Michoacán, de acuerdo con los primeros reportes del Gobierno Federal.
Ante ello, mucha gente se cuestiona qué pudo contener la furia del meteoro, considerado también como el más poderoso registrado en la historia del planeta, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Para Hermes Ulises Hernández, director del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara, esto se puede explicar por la existencia de dos gigantes como la Sierra Madre Occidental y el Eje Volcánico Transversal.
La cadena montañosa de la Sierra Madre Occidental atraviesa desde el norteño estado de Sonora y hasta las costas de Jalisco y Nayarit, al oeste del país.
Ahí se une con el Eje Volcánico Transversal de México, que inicia con el volcán Colima, en el estado del mismo nombre, y cruza lo ancho del país hasta el suroeste en Veracruz, en la costa oriental.
Ambos sirvieron como un "muro de contención" para el potente fenómeno meteorológico, además, otro factor que jugó a favor de que Patricia no resultara tan catastrófico, fue, paradójicamente, la fuerza de sus vientos, pues incidió en que el meteoro pasara rápidamente por el territorio mexicano, señaló el experto.
"Está claro que era peligroso. (La naturaleza) fue muy benévola con nosotros. De no haber llegado a tanta velocidad se hubiera quedado estancado y hubiera provocado muchos daños", afirmó el especialista.
Ángel Meulenert, investigador del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara, coincidió con Hernández, al señalar que "las grandes montañas de la sierra erosionaron el anillo exterior del huracán, y, cuando el ojo del huracán llegó a tierra, ya estaba debilitado por el roce previo del anillo exterior".
Sumado a ello, indicó Meulenert, están las llamadas "fluctuaciones" o periodos de pérdida de fuerza que se presentan en los huracanes y que, tal vez ya registraba ?Patricia? arribó desde el océano a la costa.
Finalmente, explicó el experto, otra cosa que ?ayudó muchísimo es el giro que dio más al sur a la hora de entrar a tierra el ojo del huracán", pues en dicho punto la población y la infraestructura hotelera es menor a la de la zona de Bahía de Banderas, donde se ubica la turística Puerto Vallarta y se preveía el impacto en un primer momento.
El especialista, de origen cubano, explicó que el anillo de viento máximo, en el centro del huracán, finalmente nunca tocó Vallarta, pues su diámetro era de menos de 20 kilómetros de ancho.
Afirmó que la labor de protección civil desplegada desde un día antes de la llegada de Patricia y la atención que la ciudadanía puso a esta alerta fueron también importantes para evitar tener pérdidas humanas como las ocurridas en otros huracanes.
Con información de EFE y El País.