El Aeropuerto de la CDMX, a pesar de estar viejo, saturado y con un evidente deterioro por falta de mantenimiento, sigue siendo el más importante del país, pero este segundo recorte, el primero fue de 62 a 52 operaciones en 2022, las reduce a 43, es decir, deja a la principal terminal aérea operando como si tuviera una sola pista, aun cuando tiene una mayor capacidad.

El gobierno justifica el nuevo recorte bajo el argumento de las limitaciones del espacio aéreo, sin embargo, las decisiones en este sentido carecen de un adecuado sustento técnico y obedecen principalmente a un nuevo intento por surtir vuelos al fracasado AIFA.

No hay fundamento

La resolución, publicada apenas hace unos días en el Diario Oficial de la Federación (DOF), se basa en un estudio de los Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo (Seneam).

Aunque de acuerdo con lo publicado en el DOF la medida entrará en vigor hasta el 29 de octubre, desde hace unos días ya hay instrucciones para modificar la separación a los tránsitos de llegada al AICM y la torre de control debe dar orden de despegue cada dos minutos, todo para ajustar las operaciones a 43.

Con las nuevas disposiciones se ha instruido a Control de Tráfico Aéreo (CTA) a despegar las aeronaves exactamente al minuto autorizado por el Control de Flujo al AICM y, de no hacerlo, deberán cancelar la operación y solicitar una nueva autorización que significa en términos reales, aproximadamente 60 minutos.

El problema está en que la reducción en la operación del AICM afecta directamente a un gran número de usuarios y para nada resuelve el problema de saturación que había dado lugar al proyecto de un nuevo aeropuerto.

México en incumplimiento de sus compromisos

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA)en un comunicado fechado el 23 de agosto rechazó y cuestionó la decisión unilateral del gobierno de México e hizo un llamado a las autoridades para que busquen medidas alternativas a esta acción unilateral, que de no ser retirada o modificada, tendrá impactos negativos  pasajeros, operaciones, conectividad, turismo y en la competitividad y enfatizaron que medidas como esta coloca al país en incumplimiento de los acuerdos internacionales en la materia.

“Esta decisión del Gobierno no toma en cuenta los intereses de los consumidores, ni respeta el necesario proceso de consulta con operadores y usuarios, especialmente en el principal aeropuerto del país”, dijo Peter Cerdá, Vicepresidente Regional de IATA para las Américas.

Para la IATA, estas medidas deben cumplir con el máximo rigor técnico y operativo y cuestionaron la metodología utilizada por SENEAM, AFAC y AICM.

Las normas internacionales sostienen que los cambios de capacidad deben hacerse a través de un proceso de colaboración con todas las partes interesadas para garantizar la transparencia, previsibilidad y la certidumbre, planeando adecuadamente y teniendo como prioridad al pasajero, las exigencias del mercado local, la conectividad y la eficiencia operativa.

Dicha reducción ya había obligado a todas las aerolíneas de carga a dejar de operar en el AICM para facilitar las obras de mejora de la terminal; sin embargo, a la fecha no se han realizado.

“El principal problema del AICM no es la capacidad operativa, sino el envejecimiento y deterioro de la infraestructura. Las terminales 1 y 2 requieren una modernización inmediata”, afirmó Cerdá.

Desperdiciando nuestro potencial

En su comunicado AITA también destaca que esté tipo de medidas frena el “enorme” potencial de mercado de México. La misión conjunta de las partes interesadas debería ser facilitar la conectividad y hacer más accesibles los viajes.

La aviación permite la conexión social, potencia enormemente el turismo y es un motor para el desarrollo económico y la creación de empleo. En 2021, el transporte aéreo generó 1.3 millones de empleos y aportó 46,800 MDDal PIB.

Finalmente, decisiones unilaterales como esta, dificultan recuperar la Categoría 1 del programa de Evaluación de Seguridad Aérea Internacional de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos. El impacto negativo de la Categoría 2 ha traído consecuencias como la pérdida de conectividad y el incremento en los precios de los boletos.

Opciones y alternativas

Una opción que podría servir para que el AIFA contribuya a disminuir la saturación del AICM, bien podría ser desviar los vuelos internacionales y hacer, junto con Toluca, un sistema de tres Aeropuertos con conexiones entre ellos para hacerlo funcional. Pero las decisiones es este gobierno obedecen caprichos y ocurrencias, no prioridades como el desarrollo que trae consigo la conectividad y la competitividad.

Por último, se podría decir que cuando se planteó la necesidad de un nuevo aeropuerto, se hizo porque creció enormemente la demanda, se hicieron los estudios identificando que el AICM ya no tenía la posibilidad de ampliarse y que habría que hacer uno nuevo, de ahí salió la propuesta del NAIM, que prácticamente duplicaría la oferta aérea. Lamentablemente con la llegada de AMLO al poder y su propuesta de cancelar el aeropuerto de Texcoco y hacer un alternativo en Santa Lucía, no generó la oportunidad de nuevos vuelos y rutas aéreas, simplemente no cubrió la necesidad de atender la demanda creciente. La oferta de vuelos quedó prácticamente igual como la venía operando el AICM, ahora lo que pretenden, es simplemente dividir e dos los vuelos, con los costos, perjuicios para pasajeros y líneas aéreas que ello conlleva. Al final con ambos aeropuertos no se tienen más de 95 operaciones.

Todo mal.