Una heroína de la vida real

Miriam Rodríguez, disfrazándose y usurpando personalidades, localizó y encontró a las personas que secuestraron y asesinaron a su hija en el 2012. Aunque logró encarcelar a la mitad de los criminales, fue asesinada en las puertas de su casa, el Día de las Madres del 2017.

A pesar de que su vida corría peligro, no tuvo protección del gobernador de Tamaulipas, Francisco Cabeza de Vaca, ni del presidente Enrique Peña Nieto.

Basada en la vida de ésta heroica mujer, se filmó “La Civil” (Teodora Ana Mihai, 2021) película que fue un éxito en el reciente 74º Festival de Cannes, proyectada en la sección “Una cierta mirada”, llevándose un aplauso de ocho minutos. Cuando se distribuya y exhiba, hay que verla.

Los dejo en compañía del gran actor Álvaro Guerrero.

El casting

Mi representante me dijo, “te andan buscando para hacerte un casting”, que en realidad no fue un casting, como los que se hacen en México; aquí muchas veces se ponen de mamones, crean una distancia matadora y nunca está el chingados director.

Más bien platiqué con la directora, varias veces, y a la tercera me quedé. Entre otras cosas hablamos sobre el secuestro, del que yo tenía bastante que decir, pues acababa de hacer una obra sobre el tema: “Guerra en la niebla”, de Alejandro Ricaño.

La directora es rumana, pero conoce muy bien México, ha vivido en el norte; su marido es mexicano y es el guionista de la película, se apellida Guerrero, a huevo que me acuerdo (Habacuc Antonio de Rosario Guerrero), quien conoció a la señora en la que se basó la película.

Yo pensé que no me iba a quedar, que querían un actor más joven, más moreno, un rancherote, más lugar común, pero sí me quedé. Yo creo que Arcelia tuvo algo qué ver, pues ambos somos del CUT (Centro Universitario de Teatro, UNAM), nos entendemos a la perfección y trabajamos a toda madre.

Los personajes

Todo el peso cae sobre Cielo (Arcelia Ramírez), a quien le secuestran a su hija. Arcelia está en todas las escenas; nunca había visto una película donde un personaje estuviera en todas las escenas.

Yo soy Gustavo, el papá de la muchacha, un comerciante.

La película narra la jornada de una mujer, que pasa de la inmovilidad a tomar una acción, que pasa de ser una señora de la casa a convertirse en una mujer proactiva.

Su marido está hecho un pendejo, no sabe qué hacer y aquí se da una separación de caminos. Mi personaje es simple, un macho de provincia, pedote, que no le da la cabeza para ir más allá.

Además tiene miedo. El crimen organizado se chinga a los hombres inmediatamente, pero con las mujeres hay un poco más de respeto. Emocionalmente, Gustavo está hecho una mierda.

La directora

Teodora logró un gran trabajo; es una persona dulce, muy diferente a los directores tiranos. Jamás perdió el control, como los directores neuróticos que me cagan.

Filmamos en diciembre, en condiciones críticas, un película de bajo presupuesto, siguiendo los protocolos sanitarios. Estuvimos encerrados mes y medio, donde filmé la mitad del tiempo. No tuve mucho tiempo para preparar mi personaje, pero la directora me dio indicaciones que le dieron la posibilidad a mi personaje de no ser esquemático, de transmitir fragilidad, lástima, ternura, incluso un poco cómico.

Un director mexicano hubiera caído en el lugar común de un machín, un pobre pendejo que no supo qué hacer. Teodora tenía muy claro el asunto, le dio una dimensión más profunda a los personajes.

Físicamente fue una mega putiza, sobre todo para Arcelia. Somos actores del CUT y todo el día tenemos el personaje encima.

Cannes

Casi no voy a Cannes por problemas de comunicación, desencuentros de horarios, problemas con los idiomas, entre francés, inglés, neerlandés; los productores son belgas y hubo una serie de desentendidos, que “no me confirmaron”, que “se están encareciendo los hoteles”, pero la directora se empeñó en que yo fuera.

Los ojetes de “Amores Perros” nunca me llevaron a un Festival, pero ésta vez finalmente fui al más importante, Cannes, que representa mucho para quienes nos gusta el buen cine; más importante que Hollywood, porque aquí están las figuras míticas, que son tu referencia. Te sientes soñado.

En la alfombra roja, posterior a la película, estuve junto a Oliver Stone, Spike Lee, Sean Penn; en el Hotel Martini, durante la cena de recepción, que estuvo deliciosa, me senté muy cerca de Catherine Deneuve, al lado de Adrien Brody.

Cannes es otro mundo, un sueño hecho realidad. No solo es un Festival de cine, es un gran evento social, de modas, con mujeres guapérrimas, hombres vestidos de smoking, algo muy chingón, inolvidable.

Después de ocho minutos de aplausos, en el Festival más importante del mundo, quedamos bien pendejos. Yo no pude evitarlo, y ante las cámaras, grité el clásico:

“¡Viva México, cabrones!”