Esta columna la quiero dedicar a un gran periodista,
pero sobre todo a un gran ser humano, que lamentablemente hace unos día perdió
la vida de la manera más cruel y ruin. Fue otra víctima más del secuestro, la
tortura y el asesinato. Que en paz descanse Marco Aurelio Martinez Tijerina. Mi
corazón con él y su familia.
No hay día que despierte y no me encuentre con noticias acerca de secuestros,
ejecuciones, enfrentamientos, robos, violaciones, y menciones que hacen alusión
al crimen organizado. Es detestable ver como nuestro país, cada día se pierde
en manos de asesinos, extorsionadores, violadores y delincuentes despiadados.
La pregunta obligada aquí es ¿Hasta cuándo?... Han pasado semanas, meses y
años, pero en vez de que estos años pasen para mejorar la seguridad de los
mexicanos, solo han pasado para empeorar la situación. En la guerra del
gobierno español con la ETA van aproximadamente 800 muertos desde 1964 a la
actualidad, en contra de más de 20,000 muertos por la guerra del narco en
México solamente en lo que va del actual sexenio. Es una atrocidad ver como la
nación se cae a pedazos, muchos solo ven cifras, dicen que vale la pena esta
lucha, que hay que seguir sacrificando vidas, pero yo les pregunto ¿Creen que
la violencia, termina con violencia? En lo personal difiero en esta medida de
seguridad nacional, para mí la violencia es sinónimo de un país pobre en
educación, desarrollo, y oportunidades para sus habitantes. A falta de
oportunidades tanto en materia de educación como laboral, muchos optan por
emigrar o toman el camino del dinero fácil y bien remunerado que les ofrece la
delincuencia organizada. Mientras tu país no te dé oportunidad de empleo y no
te de educación gratuita y de alta calidad, este problema permanecerá
ahí.
Mi México lindo y querido se ha convertido en un México rojo, se ha tornado en
una nación donde ya no es seguro desarrollarse, trabajar, estudiar....Vivir. Cada
vez son más las personas que optan por irse a vivir al extranjero en busca de
seguridad y paz, ¿Pero los que nos quedamos? ¿Qué esperanza tenemos de tener
una buena calidad de vida? Suena casi imposible conseguirla, pero aun existimos
muchos luchadores sociales que no quitamos el dedo del renglón, y con lo poco o
mucho que hacemos, tratamos de proponer cambios y también cuestionamos el
pésimo desempeño del gobierno, no solo en seguridad si no en cientos de rubros
donde presenta incompetencia.
Muchos no tienen preocupación por la situación del país, quizá porque no les ha
tocado sufrir, no han vivido la pérdida de un ser querido a mano de la
delincuencia, no les ha tocado presenciar enfrentamientos armados, ser parte de
ladrones y criminales, sufrir secuestros, robos, violaciones...
Es una verdadera impotencia, ver como hacen y deshacen la integridad de las
personas, y nosotros sin poder hacer nada. ¿Qué harías si un miembro de la
delincuencia organizada te dice que le prestes a tu esposa una noche porque le
gusta? Y si te niegas te mata... ¿Impotencia, no?... Así nos sentimos millones
de mexicanos, con esa impotencia, que cualquier día venga alguien a ponernos
una pistola en la cabeza y haga lo que le plazca con nosotros o con alguien de
nuestra familia.
Cuando sera el día en que se pueda volver a decir: "No tengo miedo",
Cuando volveremos a salir a la calle sin voltear a todos lados o sin ese temor
de que una bala atraviese en cualquier momento nuestro cuerpo.
De que nos sirve trabajar, ahorrar, comprar algún carrito, una casa, Si en
cualquier momento alguien llegara para amenazarnos de muerte y quitarnos lo que
tanto esfuerzo nos costó tener. ¿De qué se trata?...
Ya no podemos expresarnos, investigar, opinar, denunciar, porque ponemos en riesgo
nuestra vida. Es un país de impotencia, de represión, de silencio...
México es una de las naciones en donde ejercer el periodismo resulta muy
peligroso, de hecho es uno de los países más violentos y de alto riesgo para
desarrollar dicha actividad. Miles de comunicadores están muertos a causa del
crimen organizado y también a causa de personas poderosas que se hayan
acorraladas por la labor de hombres que descubren sus ilícitos.
Capturan a un narcotraficante y de que sirve, si lo sueltan por billetes, para
que sirve si ya hay otro criminal más dispuesto a reemplazar al que ha caído.
Donde están aquellos agentes que revisan las fronteras, te has preguntado
alguna vez por donde entran las armas, ¿por qué no se regula el control de
estas? Todo empieza de arriba, si el gobierno les da esa libertad, ellos no la
desaprovechan y siguen hundiendo al país en el terror y muerte.
Entonces... ¿A que nos obliga la delincuencia y el gobierno? Nos quedaremos
encerrados en nuestras casas sin poder salir, pediremos comida rápida a
domicilio todos los días, estudiaremos y trabajaremos en línea...
Sueño con un país pacífico, donde pueda desarrollarse mi familia y mis
semejantes, donde pueda gritar lo orgulloso que estoy de México, no se vale que
un país tan hermoso este en manos de unos cuantos.
Tenemos que organizarnos y unirnos, es la forma de salir adelante y de librar
poco a poco esta inclemencia. Debemos darnos cuenta que el gobierno sigue igual
y que necesitamos cambios, hechos.... no solo palabras.
En memoria de todos los hombres que han perdido la vida injustamente en
desempeño de su labor, en memoria de esos hombres que han perdido la vida solo
por no querer dar una "cuota", de aquellos luchadores sociales que
nunca callaron, de las personas que fueron presas de secuestros y la
delincuencia organizada, a nombre de ellos; estoy hoy más que nunca
comprometido a luchar por mi pueblo, pero no una lucha a base de violencia, si
no una lucha a base de cambios en el modo de pensar de la sociedad actual,
tenemos que luchar por educación y desarrollo, no luchar una guerra que solo ha
traído y seguirá sembrando violencia. No bajemos la mirada y unámonos.
Castiguemos a los verdaderos delincuentes, a esos que vendieron el país a los
diferentes carteles, a esos gobernantes que se benefician de estos.
Hoy miles de familias lloran por la pérdida de algún familiar en manos del
crimen, pero cientos de personas ríen a costa de ello.
Este es el país de la impotencia, la nación que no soñé, mi México rojo...