Por mucho que me gustaría comentar otros temas como el caso de John Terry o la eliminación de Tecos, considero que no se debe dejar de señalar la injusticia que se está cometiendo respecto al caso de los jóvenes futbolistas amateur que fueron masacrados este fin de semana en Ciudad Juárez.

Como señala Víctor Hernández en su columna de hoy, la única acción expedita que ha llevado a cabo el nefasto gobierno de Calderón, sus titiriteros y sus aliados es el de manchar la imagen de estos chicos, endilgándoles el mote de criminales y convenientemente, con uno de los responsables muerto y el otro confesando al ser capturado por un motivo que nada tuvo que ver con la "investigación" de este crimen.

Pero eso sí, para personajes como Salvador Cabañas o el "Torito" Silva si hay indignación y promesas. Para estas pobres víctimas no hay más que lodo y olvido. ¿Hasta cuando seguirá esta guerra que Calderón ha declarado no contra el crimen organizado, que ya pocos creen eso, sino contra la juventud de México? No lo sé. Esto no puede seguir para siempre.

La vida es injusta. Nos deja a nosotros en esta tierra, en este país (y pienso específicamente en los delirantes porros que atacan con un furor fanático y espero, sinceramente, remunerado a SDP) y destruye en un baño de sangre a la juventud mexicana. ¿Porqué?

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