El arresto del

Editor en Jefe del sitio de apertura gubernamental Wikileaks, Julian Assange,

es sólo una muestra más de la desesperación de los gobiernos mundiales por ver

expuestos sus crímenes, excesos y abusos.

Lo que comenzó

con un ataque que derribo la página Wikileaks.org, continuó con el

congelamiento de la cuenta de Paypal de Wikileaks, con el retiro de la página

de los servidores de Amazon y la retención de casi 100 mil euros de fondos

personales de Assange y de apoyo a Wikileaks, con la persecución por parte de

la Interpol y hoy ha concluido con el arresto del rostro visible de la página

por las autoridades del Reino Unido por presuntos "crímenes sexuales".

El alegato de

ofensas sexuales es el truco más viejo en el libro de las agencias de

contrainteligencia. Hay que recordar, por ejemplo, la campaña de difamación

orquestada por agencias como COINTELPRO contra figuras como Martin Luther King

Jr, quien fuera en su momento acusado de tener "un apetito sexual insaciable" mediante

panfletos anónimos para tratar de desacreditarlo durante su lucha por los

derechos civiles de las minorías en los Estados Unidos.

Lo mismo ocurre

con Assange. Tras los alegatos de presunto "sexo no consensual" o "sorpresivo" contra

el fundador de Wikileaks se encuentra una mujer de nombre Anna Ardin, quien

cuenta se encuentra vinculada a grupos

anticastristas con conexiones a la CIA, de acuerdo a reportes.

Julian Assange

podrá ser arrestado, encarcelado y su reputación sin lugar a dudas tratará de

ser destruida por los gobiernos afectados por la exposición de sus secretos.

Sin embargo, Wikileaks no es el esfuerzo de un solo hombre, sino de un ejército

de activistas que estos momentos han hecho ya cientos de "espejos" de la página

con los cables que tanto pánico han levantado entre los gobiernos mundiales.

Como se anunció

en la cuenta de Twitter de @Wikileaks, se continuará con la publicación de

cables de manera normal en la página http://wikileaks.ch/cablegate.html

y en sus espejos. Esta es una guerra que los gobiernos no pueden ganar ni con

la ayuda de Twitter quienes

han sido acusados de esconder a Wikileaks de los "Trending Topics" y lo

saben muy bien. De ahí su desesperación de acabar con Assange de la manera más

rápida posible.