Desde el 23 de abril pasado nuestra vida ha cambiado y por las declaraciones de las autoridades de salud federal y del Distrito Federal, también cambiará la forma en la que nos comportaremos en comunidad.

No sólo cambiamos nuestra acostumbrada proxemia natural, donde a un compadre se le abrazaba fraternalmente, por el simple hecho e toparse con él en mitad de la calle; o nuestra cotidiana relación en la que a las amigas se les saluda de beso en la mejilla, o bien, el compartir espalda con espalda en la fonda de la esquina con un comensal que hasta entonces había sido desconocido para nosotros. ¡Pero pus’ qué al fin que también es mexicano!

Pero para que estas medidas y el conocimiento mismo de la Influenza tipo A H1N1 llegara a nuestros oídos y a nuestra vida diaria la radio hubo de jugar un papel crucial con su penetración con los ciudadanos de todos los estratos sociales y educativos.

Radio Trece en su emisión especial llamada “Influenza la nueva gripe” ha realizado un reportaje a cargo de Maru De Aragón donde se ha dado cuenta de las implicaciones internacionales que ha significado la Influenza A H1N1 que, a la larga, está provocando una xenofobia internacional que pesa sobre los mexicanos que transitaban fuera de nuestras fronteras.

Hoy para países como China, Argentina, Perú, Ecuador, Cuba y Costa Rica México dejo de ser la nación que les dio asilo político ante la guerra del opio, en las dictaduras militares, en la revolución cubana, así como dejamos de ser esa nación hermana que ha dado la mano, el brazo y cobijo a tantos inmigrantes latinoamericanos y chinos, para convertirnos luego del brote, únicamente en seres despreciables portadores de la Influenza tipo A H1N1 que afecta sólo a cochinos y a mexicanos.

Pero hoy se nos dictan cambios de comportamiento, de costumbres y hasta de vestuario, donde habremos de tomar distancias en mítines, ceremonias públicas y hasta en el uso de la corbata, asunto que se ha ido permeando a través de la radio con programas especiales que hablan y analizan ya cómo debemos sustituir la corbata para seguir apareciendo formalmente vestidos; así como se realizan programas especiales que orquestan la vuelta a la vida común, pero eso si, con base en los giros de costumbres que ya ponen de antemano cierre a las reuniones multitudinarias, a la libre expresión en espacios cerrados, con lo que estamos ya en una forma de estado de sitio con base en la sobrevivencia sanitaria.

W Radio que ha realizado también una cobertura exhaustiva de la Influenza tipo A parece complementar con mesas de opinión con la comunicadora Marta Debayle, quien da la nota banal, pero hoy necesaria: cómo conviviremos ahora que los niños vuelvan a clases, cómo desinfectaremos al aire que respiran los que antes eran nuestros cercanos amigos, e incluso, cómo recuperarnos emocionalmente la pérdida de reuniones casuales, de amoríos al primer flechazo y otras pérdidas mayores.

La radio ha sido el canal para que tomemos distancias, y ha sido justo por medio de ella que ha crecido, forjado y estallado en su máxima expresión la alarma epidemiológica, que si bien, hoy nos tiene ya como usuarios mecánicos de tapabocas antes de salir de casa, también nos ha hecho seguir a píe juntillas la conferencia de prensa que se realiza en dos funciones diarias con el secretario de salud José Ángel Córdoba Villalobos y claro, con secretarios alternos como Alfonso Lujambio titular de la Secretaría de Educación Pública o Gerardo Ruiz Mateos titular de la Secretaría de Economía y tantos otros más..

Nuestras costumbres individuales diarias han sido violentadas y la radio está ejerciendo el papel de gestor mediático al interceder para que automaticemos individualmente las nuevas reglas de interacción social al repetir una y otra vez: “La influenza es una enfermedad curable que se puede remediar, lávate las manos constantemente, no saludes de mano, ni de beso a nadie, no acudas a lugares concurridos, no desatiendas a los síntomas y recuerda que: ¡nunca nuestra vida y costumbres desenfadados ante las gripes volverán a ser lo mismo; así como se considerarán agresivos asaltantes de la “paz social a los sujetos que incurran en las faltas graves de: toser, estornudar o enfermase en público, comenzarán así las cacerías de brujas contra los noveles agitadores de la salud social!”

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