El expresidente nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, va por la grande. Se ha dado el banderazo de salidade la sucesión presidencial blanquiazul rumbo a las elecciones presidenciales de 2012. El calderonismo ha de estar que truena, porque a pesar de todos los defectos de Espino como político, es uno de los pocos militantes incómodos y con alto perfil dentro del partido.
Dudo que tenga éxito la aventura electoral de uno de los artífices del fraude electoral de 2006. El lanzamiento responde más a un contraataque contra la dirigencia nacional, que se encuentra analizando la expulsión del duranguense, que a un genuino interés por cambiar al país. No obstante Espino,para bien o para mal, ha sido un férreo crítico de las políticas de Felipe Calderón y debe reconocérsele suoposición honesta.
A Espino lo conozco desde mi adolescencia, cuando fue Felipe Calderón lo designódelegado especial del PAN en Sonora, yle quitó por las malas la gubernatura al popular Adalberto "El Pelón" Rosas, entregándoselaal gris empresario Enrique Salgado, quien perdió las elecciones de 1997 contra el PRI, provocando una profunda división en su partido.
Don Manuel hace gala de las mismas mañanas y el estilo de hacer políticade Manlio Fabio Beltrones... sólo que hacia la extrema derecha. Sus vínculos con la Organización Nacional El Yunque datan desde 1984, cuando participó en Desarrollo Humano Integral A.C. (DHIAC) y en la Asociación Católica de la Juventud Mexicana.
Recientemente, Espino ha sido uno de los pocos políticos que se comunica abiertamente con la ciudadanía a través de su cuenta de Twitter. Responde tanto a seguidores como a detractores por igual. Sin embargo, lleva a cuestas una enorme carga negativa. Duro entre los duros, su figura polariza en lugar de generar simpatías. Podrá ser un eficiente operador político, pero es tan carismático como una viuda negra.
Para alcanzar la silla presidencial, Don Manuel lanzóla organizaciónVolver a Empezar, cuyo logotipo se asemejaal deun jardín de niños. Pero dejando de lado las deficiencias estéticas, acierta al afirma que el PAN necesita un candidato presidencial que honre sus mejores tradiciones, "un candidato independiente, con un historial limpio y capacidad de relacionarse con las distintas fuerzas políticas del país y del extranjero". El único inconvenientees que él no cuenta con esas cualidades.
"Son decenas de miles los panistas que a lo largo de todo el país reconocen que Acción Nacional está perdiendo paulatinamente identidad, credibilidad ante la sociedad y cercanía con sus principios en la acción política", reconoce el exlegislador federal.
El controvertido político anunció que Volver a Empezar cuenta con una estructura de 60 mil ciudadanos y 25 comités organizados en todo el país.
Será interesante ver el efecto que producirá el movimiento disidente en el proceso de selección del candidato presidencial del PAN. A menos de que suceda un milagro, los panistas perderán las elecciones de 2012, pero a partir de esta muy probable derrota Acción Nacional deberá refundarse si desea prolongar su existencia; de lo contrario, seguirá perdiendo adeptos y su imagen continuará deteriorándose ante los mexicanos, percibido como una mala copia del PRI.