Se ha rediseñado el diario El Mundo, de Madrid. Tanto en su versión impresa como electrónica. Su página web quedó mucho más sencilla, con menos contenido, seguramente más atractiva para la gente joven. Creo que en esto los directivos de El Mundo acertaron. ¿Acertaron también con los cambios realizados al papel impreso? Seguramente habrían sido muy buenos en otra época, pero hoy en día se ven tan inútiles. Porque, ciertamente, los periódicos de papel y tinta poco a poco se están extinguiendo. Como les pasó alguna vez a los dinosaurios.

Según el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, este diario, a pesar de ser el "más moderno en España", ya estaba viejo. Por eso, dijo, "había llegado el momento de competir con nosotros mismos y modernizar nuestra modernidad". Como frase no está mal, pero me temo que ya casi al final de la primera década del tercer milenio suena un tanto demagógica.

Pedro J. Ramírez, sin duda uno de los grandes periodistas de Europa, con excesivo entusiasmo comentó en una entrevista que El Mundo nació "con vacación de ser el gran periódico del siglo XXI" y añadió, ya de plano en un alarde de temeridad profética, que este rotativo va a acompañar "a varias generaciones de ciudadanos" a lo largo de toda esta centuria. Si él estuviera hablando solamente de su sitio de internet, estaría dispuesto a creerle. Pero como, sin duda, Pedro J. está pensando sobre todo en la versión impresa de El Mundo, pues no me queda más remedio que considerar sus palabras como las clásicas patadas del ahogado.

Comprendo que después de haber sido enormemente exitoso trabajando para producir, todos los días, papel impreso, a Pedro J. le resulte muy difícil entender que esa mercancía se encuentra condenada a desaparecer muy pronto. Pero, lo comprenda o no, así son las cosas. Los propios resultados económicos de uno de los más destacados diarios de Europa, como lo es el Mundo, lo prueban. En sintonía con la crisis de todos sus competidores, el periódico impreso dirigido por el señor Ramírez va a la baja y ni siquiera el talento innegable de este periodista logrará hacerlo crecer de nuevo.

El internet de El Mundo es otro cantar. Líder en España, su sitio web puede considerarse uno de los más importantes del planeta. Si sus editores, administradores y propietarios no se obsesionan con el papel, es decir, si no insisten en gastar de más en un producto de glorioso pasado pero sin futuro y ya prácticamente sin presente, serán muy pronto mucho más prósperos que en toda su historia. Pero si se aferran a lo que está dejando de existir, podrían hasta perecer. Ya se verá.