Pedro Ferriz y Óscar Mario Beteta, en sus programas de radio, verán en ese reportaje del New York Times la mano perversa del mega multimillonario Carlos Slim, convertido desde hace semanas en el principal acreedor del diario más importante del mundo.
Ciro Gómez Leyva y Carlos Marín, con menos imaginación, escribirán simplemente que el New York Times miente, que no es cierto que Andrés Manuel López Obrador esté fortaleciéndose, que el Peje está muerto y enterrado desde que el PAN, el PRI y el gobierno así lo decidieron en 2006.
Joaquín López Dóriga expresará su convicción de que periodismo, lo que se llama periodismo -objetivo, plural, decente, ético, intachable- solamente el que se practica en Televisa, y que en esa materia la redacción del New York Times nomás no la hace, razón por la cual los editores del diario neoyorquino no se han dado cuenta de que, tal como lo decretaron Emilio Azcárraga y Bernardo Gómez en 2006, AMLO está políticamente muerto y sin posibilidades de resucitar porque, de plano, no se le da la gana a Televisa que resucite.
Jorge Fernández Menéndez publicará en su columna, con largos y complejos argumentos, las pruebas de que en el New York Times, a pesar de su prestigio, no entienden lo que pasa en México y que, en particular, no han sido capaces de comprender que en nuestro país el verdadero líder de todas las izquierdas es Chucho Ortega, si no por otra cosa, porque AMLO hace rato que está totalmente acabado y sin posibilidad alguna de recuperación.
Francisco Garfias, aclamado neo columnista, entrevistará a Ruth Zavaleta quien le asegurará que cuando la entrevistaron los del New York Times no tomaron en cuenta sus declaraciones en las que demostraba la absoluta y definitiva muerte política de AMLO porque ella, en la sesión de fotografías, no se dejó agarrar las piernas.
El caso es que, a punto de cumplirse los tres años del fraude electoral de 2006, después de millones de comentarios en prensa, radio y televisión acerca de la muerte política de López Obrador, el principal diario del mundo (cerca de la quiebra, como casi todos los periódicos impresos de todas partes, pero con su prestigio y su credibilidad intactos) ha publicado un reportaje este miércoles en el que afirma no sólo que AMLO no está muerto todavía, sino que podría capitalizar con éxito el descontento por la crisis económica "para rehacer y ampliar la coalición que lo llevó a un pelo de la Presidencia".
Ahí viene el 2012, que a nadie se le olvide. Y habrá revancha.