Estimados señores:

Por "los otros" me refiero a los diferentes comentaristas que con frecuencia vienen al SDP a defender posiciones panistas, a criticar a AMLO y en general a cuestionarnos a quienes colaboramos en este sitio de internet.

El martes en la tarde recibí una llamada telefónica de alguien que colabora en un sitio de internet identificado con el PAN, el Sendero del Mesías, que nació en 2006 para intentar refutar lo publicado en el Sendero del Peje (hoy SDP Noticias).

La persona que me llamó estaba muy alterada. Comprensiblemente muy alterada: alguien, en el chat del Sendero del Mesías, había amenazado a su esposa y a sus hijos.

Ese hombre me dijo que el autor de las amenazas es un colaborador del SDP.

Le dije, con toda claridad, que si él podía demostrar que el referido colaborador del SDP lo había amenazado, yo lo iba despedir.

El hombre que me llamó quedó de enviarme pruebas del delito presuntamente cometido por nuestro colaborador.

Cuando las reciba, si las recibo, lo voy a despedir. Así de sencillo.

Pero si esas pruebas no llegan, lógicamente el colaborador del SDP acusado por la persona que me llamó va a seguir con su trabajo en nuestra página de internet. Es lo justo.

Debo decir que no me sentí agredido por el tono enérgico de la persona que me telefoneó ni por las advertencias que me hizo: "Si no te deslindas del tipo que me amenazó voy a ir a las oficinas del SDP con un grupo de amigos a romperles la madre".

No consideré tales palabras una amenaza porque cualquiera que vea en peligro a su familia reacciona de esa forma.

Pero voy a suplicarle a la persona que me llamó, con respeto y aun con aprecio, que la próxima vez que me llame lo haga con serenidad. No deseo enemistarme con nadie. Y de una vez lo digo, si alguien desea enemistarse conmigo, no voy a permitir que se llegue a la violencia: simplemente voy a dejar el asunto en manos de la policía.

Lo que propongo es que busquemos juntos soluciones al problema.

Porque hay un problema, sin duda.

Donvix, Flash y los otros:

Hemos debatido fuertemente durante un año. Y espero que lo sigamos haciendo. El SDP seguirá abierto a todas las opiniones que ustedes quieran expresar, incluso a las que son francamente hirientes contra mi persona.

Pero no vayamos más lejos. No vale la pena, y ustedes lo saben. Por mi parte, les digo que no voy a pasar de la discusión a ninguna otra clase de enfrentamiento. El que quiera otra cosa, tendrá que acudir al ministerio público, que es la instancia a la que recurrimos los pacíficos cuando se nos provoca en exceso.

Si alguien de nosotros les amenaza o les agrede, lo pondremos en su lugar, sin duda. Pero, para hacerlo, necesitamos que ustedes nos demuestren que entre nuestros colaboradores hay personas capaces de actuar con tanta perversidad.

Les pido pruebas, no corazonadas. Hechos, no presunciones. Si quieren, los ayudamos a encontrar esas pruebas. Juntos lo podemos lograr. Porque ningún cobarde que amenace a la familia de nadie tendrá cabida en el SDP. Esta es la verdad.

Desde luego, les sugerimos que pidan a la policía que investigue las amenazas que reciben. Es lo que nosotros hacemos cuando alguien nos agrede. Funciona, se los aseguro.

La Procuraduría del Distrito Federal tiene armados varios expedientes de amenazas que hemos recibido por internet tanto en el SDP como en El Chamuco. No se ha arrestado a nadie porque nadie, por fortuna, ha recurrido a la violencia. Pero están identificados muchos de los que han tratado de atemorizarnos. Son pobres diablos de los que no vale la pena ocuparse.

Es verdad, nosotros también hemos recibido amenazas. Muchas. Si quieren, intercambiamos información. Tal vez los mismos fanfarrones que han tratado de intimidarnos, los han querido intimidar a ustedes.

Nos podemos reunir cuando ustedes lo deseen a tomar un café y a discutir estos asuntos. Me encantaría hacerlo. Porque creo que debemos pasar, rápidamente, del pleito entre pandillas informáticas al debate entre personas inteligentes.

Yo a ustedes no los considero enemigos, sino simplemente mexicanos con un proyecto de nación que no entiendo. Y los respeto bastante.