Héctor Aguilar Camín es un intelectual de sobra identificado con Carlos
Salinas de Gortari. Él ha publicado una columna titulada "Los perdedores", que empieza
recordando los "sugerentes y
melancólicos" números de Ciro Gómez Leyva acerca de las supuestas pérdidas
electorales de López Obrador, y que enseguida cita a un clásico, Joaquín
López-Dóriga: AMLO "hace un año peleaba por la Presidencia, hoy pelea por
Iztapalapa".
Salinas ha dado la
orden de atacar y sus acólitos han puesto en marcha otra campaña de
desprestigio en contra de El Peje.
Ya vimos, hace un
par de días, que la aritmética de Gómez Leyva es una tontería. Las sumas y las
restas no son el fuerte de este columnista, ni la objetividad periodística tampoco.
Acerca de Iztapalapa le voy a recordar algunos hechos al señor Aguilar Camín, a
quien por lo demás le recomiendo la portada de El Chamucodel próximo lunes: aparece otro de sus ídolos, Felipe Calderón,
sentado en la silla presidencial. Le va a encantar la caricatura de Hernández,
la mejor que he visto en mucho tiempo. Creo que Calderón esta vez sí se va a
enojar. Nunca le gustan los monos que de él hace Hernández; ahora se va a
enfurecer. Como editor de El Chamuco
me preocupé en cuanto la vi. Es durísima. Podría haber represalias contra la
revista. Si las hubiera, serían el producto de un injusto acto autoritario.
Porque lo cierto es que el monero no ha violado la ley. Desde luego, Aguilar
Camín, siempre tan bien portado, se va a escandalizar cuando vea el trabajo de
Hernández. Es su problema.
Los medios de
comunicación, sobre todo Televisa, hicieron de Iztapalapa el centro de la
elección de 2009. Cayeron, sin darse cuenta, en el juego de AMLO. Como torero,
López Obrador invitó a esa televisora a embestir, y López-Dóriga y todos los
otros patricios de la televisión, los periódicos y la radio se lanzaron
furiosos contra el presidente legítimo de México. Andrés Manuel se dio gusto
toreándolos. Supongo que cuando el buen torero está a punto de matar al toro
sin inteligencia, este animal piensa que va ganando la batalla. Mientras más se
burlaban los medios de "Juanito" pensando que con eso le quitaban votos, más
crecía este personaje en las encuestas. Mientras más criticaban a López Obrador
por sus mítines en Iztapalapa, El Peje
más contento se ponía. En el diario más cercano a Televisa, Milenio, sus editores completamente
enloquecidos obligaron a un buen encuestador, Federico Berrueto, a publicar
mentiras: que "Juanito" iba a perder por una diferencia de 25 puntos frente a
la candidata de los chuchos. En los últimos 15 días de las campañas solo se
habló de Iztapalapa. A nivel nacional, por cierto. Cuando se conocieron los
resultados de la elección en esa delegación del Distrito Federal, López-Dóriga
y sus colegas comprendieron que habían hecho no solo el ridículo, sino que
habían sido usados por alguien más hábil que ellos, Andrés Manuel.
Al margen de lo que
afirmen los salinistas como Héctor Aguilar Camín, lo cierto es que AMLO logró
todos sus objetivos en el proceso electoral de 2009: gracias a Iztapalapa,
apoyado por todos los medios que quisieron destruirlo, fue la figura principal
de las campañas; mantuvieron su registro los dos partidos que le han sido
leales, el PT y Convergencia; la mayor parte de las victorias del PRD las
lograron perredistas cercanos a López Obrador, por lo que contará en la Cámara
de Diputados con un número elevado de legisladores que representarán al
gobierno legítimo; destruyó a los chuchos que habían amenazado con expulsarlo
del PRD, y ha puesto a Marcelo Ebrard en la difícil posición de escoger entre
seguir siendo amigo de los medios al servicio del PRI y del PAN -que lo apoyan
ahora solo porque lo ven como un rival de AMLO, pero que lo abandonarán en
cuanto logre su propósito de quitarle la candidatura presidencial a Andrés
Manuel o en cuanto fracase en su intento- o bien continuar militando en el movimiento
de resistencia civil que no aceptará a ningún otro candidato a la Presidencia
en 2012 distinto de El Pejea menos
que sea el propio López Obrador el que expresamente y con muy buenos argumentos
lo pida.
Aguilar Camín
piensa que Ebrard "necesita ganar control sobre el PRD" para empezar a
construir algo así como "una alianza por fuera del lópezobradorismo que
restituya al PRD algo de lo que ha perdido". Para intentarlo, Marcelo tendría
que ser un suicida o estar ya completamente obnubilado por la dicha inicua de
verse a diario en los canales de Televisa y por el privilegio inconmensurable
de ser entrevistado por Carlos Marín en Milenio Televisión.