"En un teatro se declaró un incendio en los bastidores.

Salió el payaso a dar la noticia al público. Pero éste, creyendo que se trataba

de un chiste, aplaudió. Repitió el payaso la noticia y el público le aplaudió

más aún. Así pienso que perecerá el mundo: bajo el júbilo general de cabezas

alegres que creerán que se trata de un chiste".

Esas palabras del filósofo Soren Kierkegaard se me vienen a

la cabeza cada vez editamos El Chamuco,

sobre todo cuando Rafael Barajas, El Fisgón, informa que, con humor, va a seguir diagnosticando los grandesmales de la economía mexicana.He discutido los trabajos de El Fisgóncon empresarios y políticos del PRI y del PAN. Piensan queRafael exagera, que está resentido, que como todo buen partidario de López Obrador es todo un profesional del catastrofismo.Es tremenda la comparación que esta quincena ha hecho El Fisgónen El Chamuco: las cosas enMéxico antes de 1810 estaban igual que antes de 1910 y se ven exactamenteiguales a lo que ahora, antes de 2010, estamos viviendo.En el aeropuerto de Monterrey mostré las comparaciones de El Fisgóna un ejecutivo de una granempresa. "Ese caricaturista exagera, en México no pasa nada", me dijo.Es curioso que lo anterior lo afirme alguien que haparticipado en el despedido de miles de personas. "Es que si no quitábamosmucha gente, la compañía no era viable", me dijo.A ese ejecutivo le envié, por correo electrónico, lo quepublicó, hace unos días en el diario británico Financial Times, Ronald Buchanan.Se trata de un análisis de la economía mexicana realmente aterrador,en el que, en pocas palabras, el periodista dijo que México se enfrenta hoy endía a la recesión más profunda de los tiempos modernos.Los lectores del medio de comunicación más influyente delmundo han leído que, después de una caída en el primer trimestre de 8.2 porciento, según datos oficiales, el Fondo Monetario Internacional predice que,para todo el año, la economía mexicana se reducirá en un 7.3 por ciento, "elpeor desempeño en América Latina", algo todavía peor que la crisis de 1995 (ladel llamado "efecto tequila") o la crisis de la deuda de 1982.Para el Financial Times,uno de los mayores problemas de México es su dependencia de laeconomía de Estados Unidos, país que recibe el 80 por ciento de lasexportaciones mexicanas. Debido a las dificultades de la economía estadounidense,nuestras exportaciones han caído brutalmente. Y a esta caída hay que sumar ladel turismo que se ha visto afectado por la recesión en Estados Unidos, perotambién -y sobre todo- por la absurdaguerra perdida de Calderón contra el narco que espanta con razón a losvisitantes, y eso sin contar con la colosal metida de pata que fue el asunto dela influenza porcina.Es correcto que un importante diario extranjero informe asus lectores acerca de cómo están las cosas en México. Para que no caigan en latentación de creer en las campañas publicitarias con las que Calderón pretenderesolver la crisis. Como la difundida en enero de este año en el Foro EconómicoMundial de Davos, Suiza, a la que hizo referencia el mencionado texto del FinancialTimes: "Jinetes en la tormenta: México superando la crisis", era el lemapropagandístico con el que el gobierno panista pretendió convencer al mundo deque vamos muy bien.México no está superando la crisis. Al contrario, la crisiscada día es más grave. Se nota en las calles, en los comercios, en losrestaurantes, en todas partes. El Financial Timescitó al economista Rogelio Ramírez de la O, asesor de Andrés ManuelLópez Obrador, quien ha dicho que en otras crisis al menos se conservaba elempleo de los mexicanos. En la actual, no. Millones de mexicanos se estánquedando sin trabajo, "algo que México nunca ha experimentado en esta escala",de acuerdo a Ramírez de la O.Está en riesgo la estabilidad política del país. Por elnarco que cada que se le pega la gana acribilla abogadas en concurridos centroscomerciales, por la desesperación de cada día más mexicanos sin empleo.En efecto, México se incendia y, cuando alguienlo dice, los empresarios y los políticos se ríen y aplauden. Piensan que, comoen el teatro de Kierkegaard, se les está contando un chiste.