Dice la columna política de El Norte, hermano mayor del derechista Reforma:
"LAs comparaciones sí que son odiosas, sobre todo cuando revelan la pobreza de miras de la clase política nacional. Mientras en México los legisladores festejan el alza de impuestos y la rebatinga de las partidas presupuestales, la revista The Economist dedica un número especial al Despegue de Brasil como ejemplo de lo que se debe hacer en medio de la crisis mundial para crecer al 5 por ciento anual".
Dice el editorial de El Universal, otro diario de derecha:
"¿Qué noticias llegan al mundo sobre Brasil? Crecimiento económico, liderazgo político regional, avances científicos y tecnológicos, éxitos deportivos, relaciones privilegiadas con países de primer orden. ¿Y sobre México? Ejecutados, narcotráfico, polarización política y estancamiento económico. Enormes diferencias para naciones, hasta hace poco, similarmente atrasadas".
¿Qué tiene Brasil que no tiene México? Un sensato gobernante de izquierda que llegó al poder a pesar de todo lo que hizo la derecha para frenarlo.
Cito a Wikipedia:
"En 1989, se celebraron por fin elecciones directas a la presidencia de la república. Lulaera candidato a presidente, liderando todas las encuestas hasta semanas antes de la elección. Sin embargo las elecciones acabaron siendo ganadas por Fernando Collor de Melo, candidato conservador del Partido de la Renovación Nacinal (PRN), que recibió un fuerte apoyo por una parte de la clase media y los industriales, que se sentía aparentemente intimidada ante la perspectiva de que Lula, como sindicalista que había sido, gobernara desde parámetros excesivamente izquierdistas una vez tomara el poder".
Sigue Wikipedia:
"Los medios de comunicación vinculados a la izquierda en Braisl y la oposición afirman que el resultado de las elecciones de 1989 fue decisivamente manipulado por sectores de medios de comunicación alineados con la derecha conservadora. Está demostrado que Collor de Melo inició una campaña de difamación de Lula, presentando en los espacios de publicidad electoral gratuita a una antigua pareja del sindicalista con la que había tenido una hija. Según ella, Lula le había propuesto abortar tras quedarse embarazada de él. La mujer era de raza negra, con lo que Collor de Mello acusó a Lula de racismo".
Más o menos así ganó Calderón en 2006: con guerra sucia contra el candidato de izquierda. A Calderón lo apoyaron de más los grandes empresarios mexicanos, muchos de ellos hoy en día hasta dispuestos a cerrar sus quebradas empresas para irse del país que se ha vuelto completamente inseguro.
Aprendamos la lección brasileña y dejemos que en 2012 la democracia se consolide, aunque gane la izquierda que, ya lo verá la derecha, sabrá gobernar con responsabilidad y sin excesos ideológicos a la sociedad mexicana. Porque, al menos AMLO, me consta porque lo conozco, no es un izquierdista fanático partidario de expropiaciones y locuras estatistas ya rebasadas por la historia.