No voy a defender a Guillermo Ortiz, un tipo frívolo aunque buen economista. Su principal virtud, que debió haberlo dejado otro periodo al frente del Banco de México, es no tener amistad con Felipe Calderón y, sobre todo, nunca haber sido empleado de este. Eso incrementa las posibilidades de ejercer el cargo con autonomía.

El próximo gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, no es mejor economista que Ortiz y es tan frívolo como el que se va. Cuenta además con el agravante de que ha sido empleado de Calderón durante tres años. Lo seguirá siendo, desde luego. El banco central, así, no será autónomo sino que, por desgracia, terminará haciendo lo que se decida en Los Pinos.

El nuevo secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, es un principiante poco conocido dentro y fuera de México, lo que representa un enorme pasivo en esa posición que requiere, sin duda, de prestigio, credibilidad y sólidas relaciones personales con los que mandan en las finanzas globales.

México ya sufrió la pena de llevar a Hacienda a alguien sin reconomiento fuera de México (aunque era mucho más conocido que Cordero), el señor Jaime Serra Puche quien, al arrancar el sexenio de Ernesto Zedillo, simple y sencillamente no pudo parar la crisis.

Con Cordero en Hacienda y Carstens en el Banco de México debemos prepararnos para lo peor. Sobre todo porque la Secretaría de Hacienda será usada como plataforma política.

En efecto, si bien México no obtendrá nada positivo de esos nombramientos, el PAN ha resuelto su principal problema: encontrar candidato.

Lo decía el miércoles en la noche la recién creada cuenta de tuiter @2012Electoral y este jueves lo repitió en Reforma el analista panista Jorge Castañeda: Ernesto Cordero usará a Hacienda para hacer grilla, es decir, para incrementar su popularidad en términos de obtener, en poco más de un año, la candidatiura presidencial de Acción Nacional.

Que nadie se sorprenda, pues, si la crisis se agrava. Politizar el sector económico del gobierno solo puede traducirse en más devaluación, más inflación, más desempleo.

Irresponsable Calderón.