Afuera de sus viviendas, los padres de los jóvenes masacrados en Ciudad Juárez colocaron algunas cartulinas con leyendas como las siguientes: "Señor Presidente hasta que no encuentren un responsable, usted es el asesino". "Señor Presidente qué haría si uno de estos jóvenes fuera su hijo, ¿qué haría?".
Desde luego, los familiares de los muchachos brutalmente baleados el pasado fin de semana no están llamando asesino a Felipe Calderón Hinojosa, pero sí claramente lo hacen responsable de lo que pasa. Y Calderón lo es, sin lugar a dudas. Ya hay consenso. Cito enseguida algunas frases expresadas este martes, en Twitter, por Epigmenio Ibarra, un hombre sensible y con experiencia periodística en conflictos armados:
"En momentos tan graves, ante la indignación que Calderón no calcula... Esa doctrina, resultado del autoritarismo y la intolerancia. La adicción a la propaganda son el germen de una derrota que no será solo de FCH. Quien actáa con tal desprecio por la vida, por la población civil y sus muertos no puede ganar la guerra. Ciertamente#masacreenjuarezexhibe tanto doctrina inaceptable como estrategia fallida en guerra contra el narco. La investigación policíaca concluye, otra vez con lo mismo: enfrentamiento entre bandas rivales. Luego de esto a otra cosa. Y después para pavimentar el olvido de#masacreenjuarezla aplanadora propagandística destruirá prestigio restante de victimas. Luego se tachará de ingenuos, de locos, de AMLOIstas a Los que mantengan posición critica sobre#masacreenjuarez. No les preocupa de#masacreenjuarezla población, las victimas, los deudos solo la coartada propagandística a tiempo para noticieros de TV".
Cito ahora la columna titulada "Estrategia integral" de Miguel Ángel Granados Chapa, en Reforma:
"Veinticuatro horas después de ufanarse en Japón de su política de seguridad pública, el presidente Calderón tuvo que anunciar, ante la rotunda y cruenta evidencia del fracaso de esa política, que se dispone a iniciar una estrategia integral para combatir a la violencia criminal. Los cadáveres de los 16 muchachos asesinados el domingo en Ciudad Juárez son una rotunda exigencia que Calderón no pudo soslayar, aun a la distancia".
Pero, dice Granados Chapa, "no hace ni un mes que se había anunciado esa otra estrategia... Ahora la estrategia será integral, porque el problema que se busca encarar no es solamente delincuencial y por lo tanto susceptible de ser abordado con instrumentos y criterios policíacos, sino que es social y deben ser aplicados remedios correspondientes a esa hondura y alcance.".
Pero, apunta Granados Chapa, "hace 35 meses, casi tres años, apenas tres meses después de iniciada esta administración, el propio Calderón anunció un programa denominado Estrategia Integral para la Prevención del Delito y Combate a la Delincuencia. Preocupa y atemoriza que tras el largo tiempo transcurrido se tenga que utilizar de nuevo una denominación cuyo uso quizá fue olvidado, así de ineficaz fue, por quienes debían aplicar la política respectiva".
Para Miguel Ángel Granados Chapa no hay duda: "La lucha contra la delincuencia organizada ha sido más mediática que real, destinada más a crear un ánimo público creyente en la capacidad estatal de contener al crimen, que a efectivamente reducirlo, en su doble sentido de achicarlo y mantenerlo a raya".
Cito ahora a la columna Bajo reserva de El Universal que compara la rápida reacción de Calderón ante la agresión al futbolista Salvador Cabañas con su tardío pronunciamiento acerca de la masacre en Ciudad Juárez:
"A unas cuantas horas de que el ciudadano paraguayo Salvador Cabañas fuera herido (el gobierno federal) emitió un comunicado en el que hizo patente la más enérgica condena a la agresión. Luego, personalmente, el mandatario llamó a los familiares de Cabañas para ofrecerles consuelo y la promesa de que los culpables no se saldrían con las suya; se puso en contacto con su homólogo, Fernando Lugo, hasta la capital paraguaya, Asunción, y le prometió justicia". En cambio, dice Bajo Reserva, Calderón se ocupó de la tragedia en Ciudad Juárez casi 48 horas después de ocurrida, en Japón".
Lo peor no fue la tardanza, sino la forma en que habló de esos jóvenes: los calificó de delincuentes. Algo que indignó incluso a una aliada de Felipe Calderón, como la columnista Denise Maerker. Esta periodista Tituló su artículo en El Universal: "El Hampa los mató, el gobierno los criminaliza". La cito:
"Para este gobierno quien cae victima de la violencia del crimen organizado no es inocente hasta que alguien, en general un familiar que se empeña y lucha años, logre demostrar lo contrario. Los matan los sicarios ya luego las autoridades se encargan de lanzar un velo de sospecha sobre sus nombres y familias. Eso es lo que esta ocurriendo con los jóvenes que fueron salvajemente atacados y asesinados este fin de semana en Ciudad Juárez. Después de horas de silencio, cuando finalmente el Presidente hizo referencia a la tragedia dijo: Es mi deber iniciar esta rueda de prensa, primero deplorando y condenando de manera muy enérgica el cobarde asesinato de un grupo de jóvenes, 18 personas, la mayoría estudiantes y muchos de ellos menores de edad, en México, en Ciudad Juárez, en Chihuahua, que fueron cobardemente asesinados, probablemente por otro grupo con quien sostenían, es una de las hipótesis que se investigan, ciertas rivalidades. Así de entrada, y dicho por el mismísimo Presidenteydesde Japón, ya no son inocentes preparatorianos festejando un cumpleaños sino viles pandilleros envueltos en rivalidades. No es desde luego la forma de dar el pésame a las familias. Pero es la reacción de quién no quiere que le pidan cuentas por esas muertes y por esa violencia".
Pero las cuentas ya se le están exigiendo a Calderón. Su incompetencia metió en terribles problemas económicos al país. Su irresponsabilidad e insensibilidad tienen a México cerca de la guerra civil. Para eso se robaron las elecciones de 2006.