El miércoles de esta semana el presidente del Partido Acción Nacional voló en avión privado. Antes de las 11 de la mañana, en el aeropuerto de Toluca, abordó, en compañía de otro integrante del PAN, un jet tipo Astra matrícula XA-MEG de la empresa AMTAIR, S.A. de C.V. cuya base de operaciones se encuentra en Monclova, Coahuila.

Si Nava pagó ese y otros viajes que realiza en aviones privados con recursos del PAN, qué derroche: los militantes tendrán que exigirle austeridad ya que los tiempos no están para gastos excesivos, al margen del hecho de que resulta relativamente sencillo viajar por todo el país en las líneas aéreas comerciales.

Si Nava permitió que el viaje del miércoles en avión privado se lo regalara cualquier persona, violó el espíritu de la ley que prohíbe a los funcionarios públicos aceptar obsequios caros (Nava es diputado federal, trabajó en Los Pinos y su sueldo en el PAN se paga con los recursos públicos que este partido recibe). En un caso extremo, si el viaje fue una "donación" pudo haberla recibido del crimen organizado, lo que sería mucho más grave.

Si Nava pagó el mencionado viaje en el jet tipo Astra con su dinero, pues entonces tendrá que ser investigado por actos de corrupción, ya que sus sueldos formales no dan para esos lujos.

El problema es que ninguna versión que diera Nava de ese viaje en avión privado sería creíble, ya que el tipo es un reconocido mentiroso.

Ese político con cara de monaguillo dijo primero que no había pactado con el PRI la aprobación del paquete fiscal en la Cámara de Diputados a cambio de que el PAN rechazara las alianzas con el PRD. Después, presionado por la opinión pública, aceptó que tal acuerdo existía y que, en el colmo de la tontería, lo habían firmado él y Beatriz Paredes y un representante de Enrique Peña Nieto, teniendo como testigo a Fernando Gómez Mont.

Así son los políticos del PAN que llegaron al poder: abusivos y mentirosos, más inclinados a la vida de lujo que a servir a la gente. Se entiende el drama mexicano actual: la peor crisis económica en el contexto de una perdida guerra contra el narco. Pobre México