He leído el libro "Corruptofilia, un gen cultural de nuestra sociedad" escrito por Eduardo García Flores, un destacado neurocirujano de Monterrey. Esta obra la editó ETM (Editores de Textos Mexicanos) y puede ser adquirida en las principales librerías de México.
El tema del libro, como se desprende de su nombre, es la corrupción. El tema lo aborda en primer término a partir del análisis de lo que el autor llama "genes culturales, pero también lo hace desde la perspectiva de las neurociencias. Cito lo expresado en la contraportada de la obra de García Flores: "Pensamientos, actitudes y valores pueden cambiar la estructura y función del cerebro y modificar con ello nuestras capacidades cognoscitivas afectando el órgano moral, producto de las dos vertientes de nuestra cultura".
La conclusión del libro del doctor Eduardo García Flores me dejó muy preocupado:
"Decía el autor de Fausto que cuando alguien empezaba a hablar del fin de la nación, él bostezaba porque sabía que lo que contaban eran solo frases alambicadas o rimbombantes. Sin embargo, si se enteraba de que la casa del vecino estaba ardiendo, entonces dormía mal, y se angustiaba porque eso sí era una verdadera tragedia. A diferencia de lo que pensaba Goethe, yo considero que ambas cosas están sucediendo en México... He escuchado el tableteo de la metralla de los sicarios a dos cuadras de la casa de una de mis hermanas; he presenciado con tristeza que una gran mayoría de mis pacientes de clase media han quedado empobrecidos por las crisis económicas...".
Lo malo que pasa en el país, es verdad, tiene que ver con la corrupción que en cierto sentido es la única moral del mexicano, sobre todo del funcionario público. Ignoro si traemos ese mal en la sangre o en los genes, pero no hay duda de que si no lo eliminamos no encontraremos la salida.