El señor se dio el día. ¿Señor? Bueno, eso. Dijo que se fue

a Sudáfrica a trabajar. ¿A trabajar? Según él. Aquí, por supuesto, no lo

queremos de vuelta. Se fue y nadie quiere que regrese. Pero, por el bien de la

Selección, que no se quede allá. Porque, sin duda, de que Felipe Calderón está

salado, lo está.

La Selección debió haber goleado al pésimo equipo de

Sudáfrica. Tuvo oportunidades de sobra para hacerlo. Pero las falló.

#SaladoCalderon. México, la Selección y el país entero, empezó el partido con la

boca chueca de saber a Calderón en el estadio. Es que, por supuesto, es una

inmoralidad que Calderón se haya ido de paseo a "trabajar" con tantos problemas

en la República. Tantos, en serio, muchos, numerosos, excesivos, terribles,

horribles, dolorosos. Los problemas típicos de una nación en guerra. Porque

México está en guerra y, mientras todos los días muere gente a balazos, su "presidente"

se va a ver el fut.

Por eso, por frívolo, por no estar a la altura de sus obligaciones,

el #SaladoCalderón saló a la Selección.

Calderón solo ha salido bueno para el protocolo, de sobra,

se le da, le luce, le aplauden. Pero, carajo, ya estuvo de ir a cortar listones

y acompañar a unos cuantos en eventos inaugurales. ¿Dónde está el que se dice "presidente"?

La asistencia al primer partido de México en Sudáfrica parece más bien, dada la

crisis del país, un acto de descaro y cobardía. Todos los asuntos están

esperando ser atendidos. Ahí están bien, que se queden sobre el escritorio.

Pobre México.

En todo el mundo, los problemas serios deben ser atendidos

por personas serias. Ya se ve que Calderón no puede. Porque no es serio. Porque

le vale. Porque no le importa.

Acto grandioso de Calderón hubiera sido reconocer que su

presencia en el Mundial no aportaría nada, excepto sal, mucha sal, excesiva sal

para perjudicar a la Selección. Acto grandioso hubiera sido dar prioridad a lo

que sí la tiene.

Grande la opinión de los mexicanos con un reclamo en alto de

que lo saquen del estadio y que a México no vuelva. Eso sí que es grande. Y ya

agarrando vuelo, con los ánimos de la inercia mundialista, debiéramos saber que

de éste #SaladoCalderon ¡PODEMOS PRESCINDIR! Que no nos agüite la emoción futbolera

y, si no ayuda que no estorbe.

Sin Calderón y su sal, la próxima semana la Selección hará

mejor papel contra Francia. Claro, si no siguen acabando con la moral futbolera

cursilerías extremas como Iniciativa México de Televisa y TV Azteca.