Hablemos de enemigos de Enrique Peña Nieto.
Externos: Felipe Calderón, Marcelo Ebrard, Juan Ignacio
Zavala, Santiago Creel, César Nava, Manuel Camacho, Juan Ramón de la Fuente,
Jesús Ortega, Alejandro Encinas, Alberto Anaya, Luis Walton, solo por mencionar
a los más conocidos.
Internos: Todo el PRI, excepto el del Estado de México y el
de Nuevo León (siempre los priistas nuevoleoneses tan brutos en sus apuestas
electorales).
Hablemos ahora de los amigos de Peña Nieto.
En la mafia del poder: Televisa y Carlos Salinas de Gortari.
Periódicos afines a Peña Nieto: Todos, excepto La Jornada y
Reforma.
Pasemos ahora a otros interesados en que le vaya mal a Peña
Nieto.
Enemigo mediático de Peña Nieto: Ricardo Salinas Pliego, de
TV Azteca.
Principal dolor de cabeza de Peña Nieto: Carmen Aristegui, a
la que nomás no puede controlar.
Pesadilla más frecuente en las noches intranquilas, por el
exceso de parrandas, de Enrique Peña Nieto: Andrés Manuel López Obrador, al que
sabe con una autoridad moral a prueba de todo.
Competidores reales que ve Enrique Peña Nieto en el PRI: Manlio
Fabio Beltrones y Fidel Herrera Beltrán, los únicos priistas pueden arrebatarle
la candidatura al Gel Boy. Y se la arrebatarán.
Incógnita que angustia a Peña Nieto: Emilio Gamboa, el
maniobrero priista que nunca se sabe a quién carajos apoya.
Me dicen que el señor David López, un tipo de primera que
trabaja como vocero de Enrique Peña Nieto, recibió en enero de este año un
correo electrónico de alguien que le informaba el riesgo de catástrofe política
que se le vendrá encima al prometido de La Gaviota. Desgraciadamente, don David
no ha abierto ese mail. Qué error.
¿Con qué pueden sus enemigos destruir a Peña Nieto?
(1)
Con su extraña vida privada, que ojalá nunca sea
pública.
(2)
Con la gran vida personal que se da tanto en
México como en el extranjero, insultante derroche que ningún mexicano debe
permitir quede sin castigo.
(3)
Con las inconsistencias de su cuenta pública que
alguien pronto revisará. Muy pronto.
Ya vienen los grandes escándalos. Ya vienen. En realidad, uno
de ellos llegó ya, el caso Paulette. Pues bien, este será nada comparado con lo
que ya se cocina.
Con paciencia se conocerá lo que el destino le ha preparado
a Peña Nieto. El gobernador del Estado de México sabe lo que le espera, no hay
duda. Pero confía en que su principal aliado, Televisa, le resuelva cualquier
problema.
Ingenuo Peña Nieto. Es que, lógicamente, los dueños y
ejecutivos de esa televisora lo defenderán hasta donde sea defendible. Y nada más. Después
pondrán al Barbie de la política en el primer cesto de la basura que
encuentren. Porque en México nada hay más desechable que un político con poder
prestado y temporal.