A Enrique

Peña Nieto no le gustó que Andrés Manuel López Obrador decidiera, desde el

pasado domingo, lanzarse con todo a buscar la Presidencia de México. El novio

de la Gaviota, poca cosa como es, seguramente no ha podido dormir desde que fue

informado de que AMLO, otra vez, llenó el Zócalo de la capital del país de

decenas de miles de entusiastas simpatizantes de la resistencia civil pacífica

y del gobierno legítimo de México.

El político

mexiquense hecho a imagen y semejanza de Televisa (nada sería el Gel Boy si no

lo apoyaran Emilio Azcárraga Jean y Bernardo Gómez Martínez), ya se ve, ya

se siente candidato del PRI en 2012. Tal vez es ingenuo al pensar eso, pero no es tan tonto como para caer en el

autoengaño: sabe ahora que, en las próximas presidenciales mexicanas, López

Obrador llegará no solo con mayor popularidad de la que tenía en 2006, sino con

una estructura electoral mucho más fuerte y organizada que la exsitente en

cualquier partido político. Una estructura que el tabasqueño, con mucho

trabajo, ha logrado construir en los últimos cuatro años y que consolidará durante

todo 2011.

Por eso,

histérico, Peña Nieto salió a los medios a pedir que alguien pare a AMLO...

Pero, un

momento, ¿realmente Peña Nieto será el candidato presidencial del PRI en 2012? No lo creo. El caso Paulette lo ha

dejado muy seriamente dañado y, es un hecho, habrá más asuntos de ese tipo. Y por

si no tuviera suficientes problemas, en septiembre la imagen de uno de sus

principales rivales, Manlio Fabio Beltrones, se fortalecerá porque este volverá

a ser presidente del Senado. Desde esta posición, Beltrones, un político

profesional muy destacado, tendrá oportunidades de sobra para probar que posee mucha más madera de gobernante que el Barbie del Estado de México.

Y ayer

domingo, para incrementar el nivel de sufrimiento del siempre bien peinado

Enrique, Felipe Calderón dio el banderazo de salida a la precampaña

presidencial del todavía gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán.

¿Calderón apoyó a Fidel? Sin querer queriendo, esto es, al llamar por teléfono

al candidato ganador en las pasadas elecciones veracruzanas, el priista Javier Duarte.

Esto no solo significa que el panista Miguel Ángel Yunes tendrá que empezar a buscar

trabajo (su derrota muy pronto será confirmada en el TRIFE), sino que convierte

a Fidel Herrera en el verdadero ganador priista en las elecciones de 2010.

Porque, es un hecho, Fidel rescató para el PRI el mayor de los territorios en

disputa, algo que, casi seguramente, Peña Nieto no podrá hacer en las

elecciones de 2011 en el Estado de México. Como el dato no es menor, Fidel Herrera

ya cuenta con méritos de sobra para retar al Gel Boy. Y si Fidel y Manlio se

unen, vaya que tendrá problemas el futuro marido de una Gaviota que, con tanta

mala noticia, cada día encuentra menos razones para casarse y cada día piensa

más en cómo hacerle para, una de dos, o no ir al matrimonio, o empezar a

tramitar desde ya el divorcio.