La semana pasada se realizó, en la Ciudad de México, una marcha de

periodistas. Leyendo la columna de Carlos Marín, en Milenio, me entero sin

sorpresa (Marín es un calumniador, y son normales sus mentiras) de que el

director editorial de Milenio culpa a Andrés Manuel López Obrador y al SME de

haber colgado, en el Paseo de la Reforma, una manta para agredir a los comunicadores

que por ahí pasaban.

La manta aludida decía lo siguiente:

"Peligrosos seudoperiodistas, integrantes del Cártel (desinformativo) delMILENIO y asociados. RECOMPENSA El bienestar de millones demexicanos..." .En lamanta aparecían las fotos de Pedro Ferriz de Con, Ciro Gómez Leyva, CarlosMarín y Pablo Hiriart.No estoy de acuerdo con el contenido de esa manta. No me gusta que se ofenda anadie, ni siquiera a Marín y Ciro a los que, por muchas razones, no respeto .A mí meacusan de no ser objetivo porque abiertamente milito en el movimiento deresistencia de Andrés Manuel López Obrador. No lo soy, claro que no. Pero creoque actúo con honradez al admitirlo.No es el caso de los mencionados en la manta, que quieren pasar por objetivos cuandono lo son.Ciro yMarín claramente favorecen con su trabajo periodístico al PAN y al PRI, sobretodo a Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.No soloeso, Ciro y Marín se han especializado en agredir y calumniar a Andrés ManuelLópez Obrador. Serían más honestos, y sus lectores lo agradecerían, siadmitieran que trabajan para un específico proyecto político. No lo hacen y seven mal, pero no engañan a nadie.Hiriart,aunque también llega a presumir una objetividad de la que carece, es más honradoal exhibir con absoluta transparencia sus nexos estrechísimos con CarlosSalinas de Gortari. El que lo lee sabe con certeza que él invariablemente tratade acomodar las cosas para beneficiar a Salinas. Es su derecho, y está bien.Ferriz,el más decente de los cuatro, abiertamente declara ser un periodista de derechaque detesta a López Obrador. Se le agradece la sinceridad y, desde luego, habráque debatir con él con toda seriedad.Profesionalde la calumnia, Carlos Marín al criticar la manta contra él y los otros tresperiodistas, de plano culpó a López Obrador y al SME de haberla colgado en laavenida Reforma. Sin pruebas, desde luego.Es decir, a lo pendejo. Como es él. Ni hablar.Después de esa mentira, Marín elogió a otros dos o tres periodistas que descolgaron lamanta y la entregaron a la policía .Qué mal se vieron los periodistas haciendo eso. Se exhibieron como poco tolerantes,nada libertarios, coléricos. Si lo que defienden los comunicadores es lalibertad de expresión, debieron haber dejado la manta donde estaba. Y ya .Sí, loque la manta expresaba era una estupidez. Pero fue más estúpido que lospaladines de la libertad de expresión la quitaran. Mostraron ser exactamente loque son: pobres periodistas que día a día pierden credibilidad.