En México nada es lo que parece. Todos los principales
actores políticos en nuestro país son mentirosos y desde hace años dejaron de
mentir por estrategia. Ahora engañan por naturaleza. Se ha dado algo así como
una mutación en los "genes" de los políticos que "triunfan". Después de décadas
de faltar a la verdad en forma conciente, deliberada, buscando un fin
determinado pero sin engañarse a sí mismos, desde la llegada de los panistas al
poder el político mexicano vive tan metido en sus mentiras que se las cree. No
es cinismo, sino un mal psiquiátrico.
Una francesa acusada de secuestro está en una cárcel
mexicana. Al margen de la culpabilidad de esta mujer, lo que exhibió a nuestro
sistema policiaco fue el montaje. Participaron los medios de comunicación mexicanos
y el gobierno federal. Fue transmitido "en vivo" el arresto de la europea. Pero
no hubo tal. Se trató de una escenificación, de una pésima y aun tétrica obra
de teatro que debería ser suficiente para que un juez liberara a la acusada.
En un operativo de las fuerzas armadas en Cuernavaca resultó
muerto Arturo Beltrán Leyva. El cadáver del capo fue fotografiado por las
autoridades mexicanas para darlo a conocer a la opinión pública. Hasta ahí,
todo más o menos correcto. El problema fue la forma en que se presentó el
cuerpo de Beltrán Leyva: desnudo, cubierto de billetes... terrible papel el que
hizo el gobierno mexicano que no respetó la dignidad de una persona. Porque aun
el peor criminal es un ser humano y tiene derechos que por ningún motivo se
pueden violentar.
Felipe Calderón visitó Veracruz para estar presente en una
tragedia social provocada por inundaciones. Caminó con el agua hasta las
rodillas al lado del gobernador Fidel Herrera. Hasta se vieron bien ambos
personajes. Televisa, que a pesar de tener su propia agenda política (apoya a
Peña Nieto), es el verdadero ministerio de comunicación del estado mexicano,
dio a conocer la nota. Con "objetividad" contrastó la imagen
de Calderón bien metido en el agua con una de Herrera en lancha burlándose del
gobernador veracruzano. Desde luego, Televisa no publica nada relacionado con
Calderón sin el visto bueno de Los Pinos. Aquí la empresa de Emilio Azcárraga
Jean mató dos pájaros de una pedrada: quedó bien con Calderón y golpeó a un
fuerte rival de Enrique Peña Nieto en la contienda interna del PRI por la
candidatura presidencial en 2012. Naturalmente, Televisa ni dio explicaciones
ni se disculpó ni volverá a ocuparse del asunto porque, dirá Joaquín
López-Dóriga, en esa empresa se dijo "la verdad".
La policía federal detuvo en el Estado de México a La
Barbie. El que se supone es el más sanguinario narcotraficante no opuso
resistencia, o al menos, corrió con la enorme suerte de haber peleado hasta el
límite de sus fuerzas antes de entregarse sin que le pasara nada. El menos
violento capo apellidado Coronel peleó por su vida en Guadalajara y lo mataron.
Beltrán Leyva se resistió al arresto en Cuernavaca y lo mataron. Otros capos
que han sido aprehendidos cuando son presentados ante la opinión pública mínimamente
lucen un golpe en el rostro. Con La Barbie las cosas fueron de otro modo.
Cuando La Barbie apareció en televisión no se le veía ni
asustado ni agresivo y ni siquiera reflejando en su rostro la incertidumbre que
cualquiera exhibiría en una situación así. Después de la captura de Oziel
Cárdenas, cuando éste apareció ante las cámaras, su expresión era retadora y
preocupada. La Barbie, no. La Barbie se veía tranquilo, seguro, convencido
quizá de que dadas las circunstancias había logrado ya el mejor acuerdo
posible.
No me sorprendería que en el futuro se descubriera que el
arresto de La Barbie en el Estado de México fue un montaje. Que el capo fue
atrapado en otro lugar y en otro momento, que se negoció con él algún tipo de
privilegio a cambio de información, y que después aceptó participar en la
escenificación que todos hemos visto. ¿Con qué propósito? Guerra sucia
política, grilla electoral.
No sé por qué, pero mucho me temo que pronto en el contexto
de las elecciones mexiquenses de 2011 aparecerán "impactantes revelaciones" de
La Barbie que involucrarán en sucios
asuntos a la mitad del gabinete de Peña Nieto. En el México de las mentiras, de
la simulación todo es posible. Sabemos que Calderón está decidido a acabar con
Peña Nieto y en sus planes está ponerlo fuera de combate en las elecciones de
gobernador del Estado de México del próximo año. De ahí la insistencia en una
nueva alianza PAN--PRD, pero por si ésta no bastara, los "estrategas" del
gobierno federal están ya integrando toda clase de expedientes contra el novio
de la gaviota.
Por supuesto a mi me importa poco el bienestar político de
Peña Nieto, lo que no me gusta es lo que veo venir: todo el aparato del
gobierno federal, basado en verdades y en mentiras, contra un político de
oposición. Y mientras no se dé el cambio en la presidencia en 2012, Peña Nieto,
a pesar de su poder y del apoyo que tiene de una parte de la mafia económica,
sigue militando en la oposición.
Esta guerra sucia contra Fidel Herrera y contra Enrique Peña
Nieto la rechazo porque es una película que ya vi e incluso, literalmente
produje con el cineasta Luis Mandoki: la de todo el aparato de poder contra la
oposición.
Los que estamos con Andrés Manuel López Obrador porque
buscamos un cambio verdadero en México, debemos ser siempre los primeros en
oponernos en la utilización política del poder que es lo único que verdaderamente sabe hacer Felipe
Calderón, que como no ha podido ser un gobernante eficaz ha decidido actuar
como toda su vida lo ha hecho: como un grillo profesional, uno de esos que acabaron
con la decencia y los principios que dieron origen al Partido de Acción
Nacional.