Cristina Renaud, directora del suplemento "Todas" de Milenio

Diario, cerró el número correspondiente a septiembre de 2010 y se fue a

descansar. Si no me equivoco, salió de vacaciones. Partió satisfecha pensando

que había hecho un buen trabajo. Y era verdad. Pude ver, en copias

fotostáticas, la excelente edición que Renaud dejó: En la portada una gran foto

de Marcela Lagarde y de los Ríos, y debajo de la imagen el siguiente titular: "La

Independencia. Participación y cautiverios de las mujeres". En esa portada

destacaba también una fotografía, aunque de menor tamaño, de Carmen Aristegui,

que era noticia porque había recibido la presea Sor Juana Inés de la Cruz.

No puede decir Cristina Renaud que no recibió un aviso. Y es

que, mientras ella descansaba, la llamaron a su celular de parte de los

directores del diario. Le pedían que volviera a las instalaciones de Milenio Diario

a cambiar por completo la edición de "Todas". Les respondió que no podía

regresar y que, además, no veía ninguna razón para alterar nada. La verdad sea

dicha, Renaud no tenía mayores motivos para preocuparse. No había temas

particularmente polémicos en "Todas". Solo buenos trabajos relacionados con las

mujeres.

Pero, qué carajo, en Milenio hay jefes, y estos mandaron olímpicamente

a la chingada el trabajo de Renaud. Cuando la editora de "Todas" volvió al

Distrito Federal y vio su suplemento en circulación se encontró con que se lo

habían cambiado de cabo a rabo. Lo peor era que en la portada no venía la

fotografía de Marcela Lagarde, sino una de... ¡Margarita Zavala de Calderón! Y,

ya entrados en gastos, la nota sobre el premio recibido por Carmen Aristegui

simplemente había desaparecido.

¿Por qué Milenio hizo eso? Por honrar un compromiso

comercial con alguna dependencia del gobierno federal. Entiendo que hay que

quedar bien con los clientes, pero no así. Ningún favor hicieron con eso los

directivos de Milenio a la esposa de Felipe Calderón. Qué bárbaros...

De Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva todo es esperable.

Perdieron la dignidad y desde hace años son capaces de cualquier cosa. Pero el

dueño de Milenio, Francisco González, no es un tonto. Me sorprende, y mucho,

que Pancho haya permitido ofender de esa manera a tantas mujeres inteligentes.

Es que, de plano, indigna la infantil agresión al trabajo de Cristina Renaud.

Insisto, a la que más ofendieron fue a la mujer de Calderón, cuya imagen fue

usada a lo puro pendejo para buscar quedar bien con el gobierno.

En fin, son historias de la libertad de expresión en México.