Puede pensarse que esta columna es poco útil porque la mayoría de

los visitantes de este sitio ya son simpatizantes del lopezobradorismo, pero es

una invitación que sin duda adquirirá más sentido con las próximas entregas.

Casi siempre estamos bien conscientes de aquellos conocidos que

tienen opiniones radicalmente diferentes de las nuestras acerca de la política

y cuando estamos con ellos preferimos omitir el diálogo y la exploración de las

razones de cada quien, casi siempre buscando no pelear (y dejando, sin darnos

mucha cuenta, todo el influjo de información capaz de modificar opiniones en

manos de los medios de comunicación masiva). Quizá esto se deba a que vamos

predispuestos a ignorar las razones del otro o, simplemente, a llamarle

ignorante, manipulado y necio. En buena medida esto es porque sabemos que

cuando el otro tenga oportunidad utilizará las mismas palabras. Aunque algunas

ocasiones estos adjetivos no serían usados de forma incorrecta, esa no es la

forma de sumar a la causa que este sitio defiende: mostrar que la única opción

electoral de izquierda para 2012 es el movimiento encabezado por AMLO y lograr,

convenciendo de que es lo mejor para este país, que incremente su número

potencial de votantes. En este artículo

describiré de manera muy general a los grandes grupos de personas que conozco

que no votaron por López Obrador, pero que tienen buenas intenciones y que,

eventualmente, tienen más coincidencias con el tabasqueño de las que sospechan.

El primer tipo de personas es el que Octavio Rodríguez Araujo

llamó la clase media asustada. Que quede claro que para mí no es malo

ser clasemediero, pues yo mismo me ubico en la clase media o, últimamente, media baja (gracias Acción Nacional). Tampoco

creo que esté mal asustarse, pues todo mundo teme perder lo que tiene, sobre

todo en un país en el que tener cosas cuesta mucho --mucho-- trabajo. A ellos los asustaron porque, quizá debido a

su exceso de trabajo, tienen poco tiempo para escudriñar en el currículum de

los candidatos y en su pasado político. Puede ser que lean Reforma porque es el

que lee la gente en su círculo social y, seguramente, temen que les tachen de

nacos inconscientes si llegaran a votar por AMLO. Ellos tendrían muy buenas

razones para votar por López Obrador pero les aterra escuchar que por el bien

de todos primero van los pobres y confían en que su posición es la correcta

cuando escuchan que Denisse Dresser lo dice con palabras rimbomantes.

La clase media asustada, conservadora como es, puede preferir

asumir su conservadurismo abiertamente o dejarse ropajes progresistas. La clase

media asustada con ropaje progresista es esa a la que don Othón Salazar llamara

izquierda rosa

izquierda rosa, que abraza reivindicaciones minoritarias importantes

--pero que no dejan de ser minoritarias-- mientras deja de lado los reclamos

contra la desigualdad y la pobreza. La injusticia y la miseria que dejan los

ojos ciegos.

Hay también gente que no es de clase media pero que para asumirse

como tal imita el comportamiento de aquellos que sí lo son. No son pocas las

personas que conozco que viven en cuartos pequeños y que, quizá, tienen un

vocho y una televisión con cablevisión, que dicen que López Obrador le va a dar

todo a los pobres y que, a ellos, les van a quitar sus cosas. Es casi obvio que

no notan que en realidad tienen mucho más que ganar con el proyecto alternativo

de nación.

Otro tipo de personas es el que denominaré los eternos izquierdistas verdaderos. Para este grupo de personas los únicos izquierdasauténticos son ellos. López Obrador sólo juega el papel de policía bueno paramantener un sistema que hace imposible el desarrollo humano y prolonga ladominación responsable de que la genteno participe de tiempo completo, como según ellos debe ser, en la toma dedecisiones (e implementación de soluciones) que afectan a su entorno social. Esposible que no hayan tomado en cuenta que hay personas que no tienen tiempo dehacer el cambio social porque desean pasar tiempo con sus hijos, cumplir en sutrabajo para procurarse una vida digna y, de repente, ir a algún baile otertulia; que hay gente que quiere vivir bien sin tener que ser activista detiempo completo. El mejor representante de esta corriente es el SubcomandanteInsurgente Marcos (hay una excelente crítica de su papel en esta corriente http://www.uam.mx/difusion/casadeltiempo/14_15_iv_dic_ene_2009/casa_del_tiempo_eIV_num14_15_31_36.pdf), para quien todos los buenosdeberían ser como él.Hay que dialogar con la clase media asustada (especialmente con laizquierda rosa) y con los eternos izquierdistas verdaderos. Se puede convencera quien actúa de buena fe y podemos hacerlo de verdad con la gente quefrecuentamos, justo con aquellos con los que solemos evadir el diálogo acercade la política y acerca de López Obrador.Intentar convencer a los militantes del neoliberalismo es inútil.Lo mismo con la clase media que piensa que todos los pobres son pobres porqueson perezosos.¿Tú votarías por López Obrador?Y si no¿Por qué no? Intercambiemos razones.