Creo que la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, no sabe que lostestículos del titular del Poder Ejecutivo son para procrear, no para otra cosa, que lasnalgas de este último son para sentarse, tampoco, para otra cosa. Y es que, carajo, vinoa México a darle un espaldarazo a la empresa bélica e inútil de acabar con el crimenorganizado. ¿De verdad considera la esposa del ex presidente de Estados Unidos quela "guerra" de Felipe Calderón contra el "narco" se ha estado realizando de manera

correcta?; ¿o lo que de verdad desea es que se mantenga esta crisis social para que supaís intervenga como lo hizo en Colombia?

Me cuesta trabajo creerle a la Sra. Clinton. Se filtra un cable de Wikileaks cuyo contenidoversa en la preocupación de la secretaria de Estado a causa del estrés que manejabaCalderón y su forma errónea de gobernar. Ahora viene, se llama "fan" de éste y, porúltimo, nos sale a todos con la misma, y perdónenme el lenguaje soez, mamada deque "le vamos ganando la guerra al narco". Esa mentira ya se la oímos al jefe delEjecutivo Federal. ¿Teníamos que volvería a oír? Pues ya la oímos nuevamente. Ahorasólo nos queda decirle a ese par de políticos: ¡no mamen!

También debemos informarle a la quizá demócrata, que aquí en México seguimos siendo,a duras penas, pero seguimos siendo soberanos. Y aquí aunque se prostituya muchoen política, nuestra soberanía no se vende. Porque ésta radica en el pueblo, no en elgobierno. A esta tierra no entran.

Veo a una Hillary Clinton ávida de ingresar a México con su ejército. La funcionaria delpaís que más derechos humanos ha violado después de la Alemania Nazi y la UniónSoviética de Stalin quiere penetrar de forma imperialista a México. Estados Unidosacostumbra hacerlo. Ya lo hizo en Panamá, en Colombia, en Afganistán, en Irak. Y noolvidemos Vietnam, Corea, Bosnia. Tal vez esté exagerando. Prefiero exagerar queignorar este problema. Yo, como sabrán, solamente pretendo crear conciencia.