Cambió el destino de Polonia. Promulgó los derechos humanos. Liberó a la nación de un yugo que era simplemente tolerado. Se graduó en 1967 de técnico electricista y en 1970 ya era miembro del comité "ilegal" de huelga en el astillero de Dansk. Fue detenido y condenado por "comportamiento antisocial". Su sindicato Solidaridad, Solidarnosc, también un sindicato independiente. Gracias a su causa, Polonia fue el primer país del bloque soviético que fue gobernado por una coalición no comunista. Ahora en México, es el SME el que reclamará sus derechos, pero frente al otro extremo que tienen las dictaduras. Quienes les acusan embusteramente de ser ellos los responsables de las pérdidas económicas de la empresa paraestatal L y F del C.

Los trabajadores del SME, quizá por el mismo abandono material de la empresa a manos de los burócratas encargados, fallaban, pero ahora tienen la oportunidad de reivindicarse, convertirse en precursores de la lucha por los derechos constitucionales del pueblo de México, abriendo una gran posibilidad para el movimiento de centroizquierda. No claudiquen ante los abusos del gobierno represivo. Convoquen y dirijan la palabra honesta y directamente a la sociedad. Mostrando la convicción para doblegar el patente autoritarismo fascista que atenta contra la democracia que anhelamos.

Es muy lamentable para su ya magullada credibilidad, que habiendo sucedido los hechos turbios y arbitrarios de frente a la ciudadanía, los medios se atrevan a llevar a cabo un ordenado linchamiento contra los trabajadores del SME para denigrar su forma de laborar y justificar la acción criminal. Cualquiera que acuerde con este imprudente decreto presidencial, lo hace con un acto amoral e inconstitucional, no caigamos en el objetivo de la programación malintencionada. Denunciemos su campaña pactada con el gobierno. Conforman una minoría nacional. Los ciudadanos concientes son mayoría.

Ha sido un escenario vergonzoso, reitero, que el poder fáctico gubernamental haya tramado y ejecutado como sólo los villanos lo hacen, una medida tan incendiaria y falta de integridad moral y legal, plasmándose ante la opinión pública como tales. Presionando a los trabajadores. Abusando de su necesidad económica para apretarlos y obligarlos a sucumbir al soborno. Se puede tomar como una tortura infligida, al menospreciar, al pretender manipular vilmente a los trabajadores, que como dice Martín Esparza: "Los invito a que nos sentemos a analizar los sueldos y prestaciones de los obreros del SME y comparemos entonces las cifras con los flujos de dinero que administra el gobierno provenientes del negocio de LyFdel C".

No se juega con los sindicatos. Ahora mismo, los demás agremiados de otras grandes organizaciones laborales, estarán reflexionado, unirse a las movilizaciones de sus compañeros agredidos y dar la espalda a sus lideres corruptos y sometidos por el gobierno de Calderón que arremete contra la "extinción" de un sindicato. Si se logran liberar las demás organizaciones obreras, de aquellos que serán con certeza si se les deja, sus futuros verdugos, y se unen a las protestas, podríamos lograr algo muy importante a favor del país: la fuerza obrera unida, defendiendo sus intereses y por ende los del resto de la sociedad. Quizá logremos entonces, el avance civil hacia la justicia social, como ya lo hizo hace casi cuarenta años, el sindicato polaco cuyo líder y agremiados, dentro de su propio contexto, no se rindieron, hasta que triunfaron.