Enciendo anoche el televisor antes de ir a dormir, un poco al estilo masculino paseándome por los canales, y me topo con Gómez Leyva y Marín frente a una mesa en el estudio de grabación de uno de sus espacios de "deformación informativa", con varios líderes del SME que se manifestaban junto con un gran número de simpatizantes del sindicato fuera del local desde donde transmiten, exigiendo a los mequetrefes del periodismo el derecho de réplica. Se escuchaban las voces de los agredidos esperando afuera, "¡Aquí se ve la fuerza del SME!".
Le imputaban en su cara a Ciro la facilidad y la prepotencia con la que descalifica a los trabajadores como vagos y buenos para nada. Cómo el tiempo aire que le dieron a Martín Esparza en una entrevista donde el reportero, conocido mentiroso, no le permitió explayarse en su explicación, lo cortó abrupta y descaradamente descalificándolo, a la par que desmentía socarrona y tendenciosamente los recibos pendientes de pago de los mafiosos influyentes mostrados ante la pantalla por el líder sindical, con falsa documentación adquirida seguramente de alguno de los verdugos reaccionarios. Le sacaron los trapitos al sol a Ciro, que se merece esto y más, ridiculizándolo frente a la audiencia. Lo sentenciaban por arrojar a los televidentes falsedades sobre los hechos del intento agresivo de extinguir la paraestatal.
El otro compinche, observaba asustado a su lado la escena, y ya que corrió el locutor cómplice acusado por los hombres del SME con la cola entre las patas del cuarto donde se enfrentaban, los trabajadores le dieron una lección de humanismo al encargado de la oficina de este grupo editorial que se maneja sin ninguna profesionalidad, con un enano escrúpulo, haciendo honor a su pequeña estatura. Uno de ellos lo increpó y aseguró a Marín: "Señor, usted no tiene la más mínima capacidad para entender lo que es la calidad humana". "¡No!", respingó Marín, "a nosotros la Secretaria de Energía nos dice cómo están las cosas y así es cómo publicamos las notas, faltaba más", "no nos pueden acusar de falsos testimonios por eso". "Pero cómo, ¿no constatan ustedes cuál de las partes tiene la razón? ¿Qué tipo de periodistas son? ¿Por qué no se nos trata con el mismo respeto y credibilidad que le profesan a las autoridades que han demostrado ser abusivas y corruptas?
La escena los dejó en vergüenza a ambos, a Ciro y a Marín, a pesar de la comprometida e hipócrita oferta de Marín de concederle otra entrevista a su dirigente Martín Esparza. Los seis representantes del sindicato que ante la presión se les permitió el acceso al edificio y por fin pudieron expresarles su repudio e inconformidad a este par de traidores a la patria, procedieron a retirarse de forma pacífica. Así, el que "insulta a la razón", se doblegó obligado por su propia poca casta, y consoladoramente se despidió de la fuerza del SME que lo fue a poner en su lugar.
Sigan "haciendo lo que les gusta", señores. Que mientras su monigote en la Presidencia continúa la misma política de sus subordinados expertos en la calumnia, atreviéndose a señalar en la reunión de Bloomberg que en México se acabó la recesión y que en el último trimestre del año repunta el crecimiento económico a 2.6 %, evidenciando su claro desajuste psíquico, ustedes, han comenzado a cosechar lo que han sembrado.