Lozano Alarcón es el vivo retrato del burócrata totalitarista de la derecha. La actitud de porro montado en su macho pero sin saberlo montar. Aferrarse a lo dictaminado, la recta orden que persigue. Autómata fascista que de sólo articular con la voz la consigna ordenada, delata el desprecio que siente por los hombres y mujeres que no consideraban ser denigrados por la máxima autoridad de una Secretaría de Estado. A quienes mediante la sutil amenaza y soborno esta intenta obligarlos a obedecer ante la ilegalidad.

En su corta e incipiente carrera sin resultados positivos al frente de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, pareciera que la labor que ejecuta en su puesto es la opuesta al propósito y objetivo del encargado de los asuntos de los trabajadores y de los trabajos mexicanos: Protegerlos, dialogar para solucionar conflictos, servir de enlace entre el gremio y el ejecutivo, abanderar el apoyo gubernamental a las causas justas que los atañen, generar una inercia positiva entre la industria y el comercio para la producción de empleos, etc. En pocas palabras, dirigir esfuerzos en pos de la productividad, promover el cumplimiento de los derechos y obligaciones de los empleados y empleadores por igual.

Peón de una dictadura disfrazada de república libre y soberana, su extremo servilismo de rango daña los intereses del trabajador. ¿Por qué debe seguir atendiendo los asuntos que no resuelve, sino agrava, en contra de los ciudadanos que es su responsabilidad defender?

Los sindicatos lo repudian y reprueban pero no le temen y lo enfrentarán. Como lo hizo el importador de químicos farmacéuticos chino quien lo expuso como la voz mafiosa amenazante que le exigió el famoso "O copelas o cuello", al estrenarse el Secretario en sus funciones. El naturalizado mexicano comprobó su inocencia ante la justicia estadounidense, por lo que lo dejaron en libertad. Lo que sabemos de su convincente y según parece veraz acusación, es que el señor representante "Ozano Alacó" lo obligó a resguardar en su casa millones de dólares ilegales. ¿Producto de la sucia campaña presidencial fraudulenta del PAN? ¿Carretadas de dinero que les sobró y que seguramente luego se repartirían? ¿O jugoso botín producto del narcotráfico? La lana se diluyó y quedamos sin conocer la verdad, como es costumbre Lo he repetido en otras ocasiones, pero lo vuelvo a decir, nuestro hombre en cuestión debió haber sido cesado en ese momento, tan obvia su truculenta intervención en un actoilícito,ante los ojos de un pueblo al que ya se le robó el asombro. Nos hemos acostumbrado a que la tranza queda impune. ¿Cómo y por qué extraditaron a EU tan expeditamente al chino, para luego exonerarlo, si el crimen (también) había sido cometido en México? ¿Qué les urgía esconder que el chino dijo a los gringos? ¿Dónde quedó la averiguación de la PGR? ¿Por qué creen ustedes que la justicia mexicana no ha reclamado a Zhen Li para juzgarlo? ¿Dónde residió la criminalidad en el turbio hecho presenciado? Puros cabos sueltos. Pero la libertad del oriental los incrimina.

La posición de Lozano contra los trabajadores de LyF del C, ha quedado ridiculizada a causa de los derroches de cinismo de su superior, frente a los mismos micrófonos de los medios alcahuetes que se esmeraron en culpar a los trabajadores del SME ante la opinión pública, como "ineptos responsables" del quiebre de la paraestatal.

Ahora, Calderón desmiente a los periodistas falsos, y dice que no, que ellos no son los culpables, sino que fueron los empresarios los que realmente lo empujaron a decidir el cierre de la empresa "insostenible". Sólo le faltó agregar para precisar, que son los mismos que pretenden los contratos de la introducción y venta de la fibra óptica. Qué idiota es, se dejó ver. Este hombre está claramente fuera de sus cabales. Igual que probó estarlo su predecesor. Y su peón de batalla, lo sigue de cerca en nivel al solicitar un presupuesto de un millón de pesos para el 2010, tres mil pesos diarios, sólo para alimentarse. Creo que con esto ya fue suficiente. Exijamos la deposición de este burócrata totalitarista carente de escrúpulos.