Si un mayor número de mexicanos nos sumáramos a un boicot, si tuviéramos el valor de exigir a nuestros representantes que cumplan con sus deberes, si no temiéramos a presentar una denuncia, si fuéramos capaces de ir a la calle a reclamar legítimos derechos, si expresáramos con claridad lo que sentimos y pensamos. Ese día podríamos construir una auténtica democracia. Una democracia socavada por los contenidos televisivos, arrebatada por quienes simulan esta república, anulada en las urnas y que castiga con el desamparo, la miseria, la ignorancia y la manipulación, a millones de mexicanos.
Mañana la historia juzgará el papel de las televisoras como cómplices del sistema hegemónico. De igual manera, situará en la mediocridad a quienes promueven los privilegios de estas corporaciones, en los ámbitos legislativos, periodísticos, administrativos, judiciales y ciudadanos. Los tuiteros dimos una muestra incipiente de que muchos mexicanos estamos tomando conciencia de nuestro papel histórico. Nosotros no estamos rebasados por la nueva era de las comunicaciones y de la información.
Ya nos enteramos que Televisa es en cifras: el 50% del espectro de TV comercial, 35% de la fibra óptica, 100% de la TV satelital, 38% de la TV por cable y que junto a TV Apesta (digo... TV Azteca) concentran poco más del 85% del espectro radioeléctrico de frecuencias. Un espacio que debería ser público, por ende, debería tener contenidos culturales, debería abrir espacio a otros concesionarios (y permisionarios), que otorgara derecho de réplica, que fuera plural...
No pueden ocultarlo: la toma de conciencia de un puñado de ciudadanos organizados, ya hizo temblar a Televisa. Por eso salió rabioso a vituperarnos un seudo periodista, más bien personero del corporativo televisivo...
Temen que esta larga cadena se haga extensiva. Temen al despertar de una nueva sociedad politizada. Huyen a aquello que Twitter ha hecho y que ellos no permiten hacer: democratizar los medios de comunicación...
"¡TUITEROS DE TODO MÉXICO, UNÍOS!"