En 1994, obtuve el grado de licenciado en Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana, el trabajo de investigación que me llevó a dicha distinción fue el estudio de una cosa que en aquel tiempo sonaba como algo importante: “el video: ¿un nuevo lenguaje?”.
Básicamente la tesis se centraba en preguntar si el video podría ocupar el lugar privilegiado de la televisión y más aún del cine, sobre todo por el alcance y penetración que se tenía al grabar con una cámara portátil (y casera) en formato de video. Recuerdo que existieron los llamados “videohomes” que era simplemente grabar una historia tipo película, sólo que en formato de video. El estudio se centró en observar si el video podría desplazar a los otros medios.
La conclusión de aquella investigación fue contundente: no, debido a que cada desarrollo tiene su propia forma y lenguaje. Dieciséis años después, no sólo se pueden grabar imágenes en una cámara V8, sino hasta en el propio dispositivo móvil se puede tener alcance a la alta definición y ello no transformó los rumbos de la televisión y el cine.
Lo anterior, me da el contexto para asumir que las formas de comunicación cambian muy aprisa y no necesariamente una desplaza a otras, en todo caso son los formatos de almacenamiento los que quedan caducos, pero no las formas.
Twitter, es una forma de comunicación construida por individuos y soportada en el desarrollo tecnológico. Aquella idea que en su momento le despreciaron a McLuhan, de la aldea global, hoy encuentra reconocimiento en las redes sociales y en particular en twitter.
Los medios de comunicación que en su momento fueron vanguardia, hoy son llamados medios tradicionales, y quienes están ahí, ven en la capacidad de las redes una herramienta de distribución y flujo de información que difícilmente lo conseguirían en sus respectivos medios. Hace poco, los medios incorporaron en su lenguaje la dirección de correo electrónico, hoy lo han olvidado y la forma de interactuar es el twiiter.
Sin embargo, algunos medios tradicionales, se sienten amenazados por estas plataformas tecnológicas de comunicación, porque evidentemente, les disminuyen el poder de la franquicia del control y el tratamiento de la información. Es el caso de algunos diarios y periodistas que no toleran la horizontalidad del flujo comunicativo, y lejos de debatir a fondo, descalifican el destino que, muy a su pesar los ha alcanzado.
Negar el potencial de twitter, es como negar la rotación de la tierra o la línea histórica de la vida. No hay vuelta atrás. Como todo (y esa es una gran lección de quienes analizamos los medios) siempre se debe seleccionar la información que en las redes sociales fluye.
El twitter no es monopolio ni un señor con mente maquiavélica que busca la forma de desestabilizar al sistema social. Twitter es una nueva forma de comunicación, creada seguramente con las mismas inquietudes y necesidades con las que se formaron, la prensa, radio y televisión. Pero es un hecho de que es una forma comunicacional que no admite la intolerancia, y mucho menos es, ni será una forma de fomentar el miedo o temor.
El temor a twitter que manifestó un escribidor del diario Milenio, no es por el twitter en sí mismo, sino por el temor que tiene al ser exhibidas sus prácticas oscuras, de complicidad y engaño, de forma transparente. Cuestión que los medios tradicionales y monopólicos hay sabido ocultar muy bien a lo largo de los años.
Para Ciro Gómez Leyva, es más fácil y redituable mostrarse intolerante, que revelar su miedo a ser exhibido.
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