Comienzo por decir que respeto a Héctor Aguilar Camín, aunque no siempre estoy de acuerdo con lo que escribe en Milenio. Como ensayador político que es HAC, me quedo con el novelista.

La primera vez que leí algo de HAC fue el libro MORIR EN EL GOLFO, de alguna manera en aquella narración se encontraban los primeros trazos narrativos que estarían ligados a la historia de nuestro país con ciertos tintes biográficos. En aquel libro, el protagonista líder sindical llamaba al "amigo periodista" para que publicara lo que a él convenía.

Más tarde HAC publicó su célebre novela LA GUERRA DE GALIO. En este libro convergen las historias que uno quiera encontrar: la historia de amor de Vigil y Mercedes Biedma, la vida de un historiador que se pierde en el mundo avasallante del periodismo, o bien, una alusión casi obvia de la expulsión de Julio Scherer del periódico Excélsior en 1976.

Octavio Sala es el personaje de la novela que se parece mucho a Scherer, despacha en su oficina de Reforma 18 y dirige el periódico "La república". Ahí realmente comienza la guerra de HAC con Don Julio Scherer.

Muchos miembros de periodismo y de la clase política quisieron encontrar en LA GUERRA DE GALIO el personaje de la vida real en el personaje ficticio; con algunos hubo suerte, pero la mayoría de los personajes ficticios eran la mezcla de varios reales con imaginarios.

Sin embargo, el propio Julio Scherer nunca se reconoció en Octavio Sala y HAC tampoco se atrevió a sostener dicha similitud en público. Por fortuna, la novela como género literario siempre permite esos privilegios.

Desde entonces la relación de Don Julio Scherer con HAC fue ríspida y hasta descortés. Como lo expresa Don Julio en LA TERCA MEMORIA, en algún momento luego de haber dejado la dirección de la revista PROCESO, tuvo documentos donde el gobierno federal pagaba a la revista NEXOS publicidad por adelantado. Esto desde luego ventilaba la cercanía de HAC con el gobierno y los contratos millonarios de confianza a la revista sin condición alguna.

Héctor Aguilar Camín fue avisado de la documentación que tenía PROCESO y buscó directamente a Julio Scherer para detener la publicación. Evidentemente no tuvo éxito y los nexos mercantiles de NEXOS con el gobierno federal subieron al escenario de lo público. Obviamente HAC no olvidó aquel suceso.

En algún lugar de los textos de HAC leí que los jóvenes hacen todo por cambiar al mundo y una vez adultos se convierten en aquellos que hacen todo lo posible por conservar intactos sus cambios. Probablemente HAC cayó enredado en sus propias palabras y es obvio que hoy defiende el sistema que tanto lo cobija, lo cual me parece una postura coherente.

En su columna del lunes 5 de abril en MILENIO, HAC emprende nuevamente su guerra contra Julio Scherer y se refiere al encuentro del octogenario periodista con el narcotraficante Ismael "El Mayo Zambada" como un acto de pena, y cuestiona el trato generoso del Mayo Zambada a Don Julio a diferencia de quién sabe a cuántos otros periodistas que habrán sido amenazados o aniquilados por ordenes del capo.

Pero lo que no acepta o no quiere ver HAC, es que, Scherer puede o no entrevistar a quien quiera, puede o no publicarlo, pero eso al final no importa, lo verdaderamente importante es que el periodista investiga y da voz incluso al temerario narcotraficante. El periodista no es el juez que deba someter a la justicia al capo en su encuentro, el periodista relata su encuentro y al mismo tiempo informa.

El amigo periodista encuentra lo que las autoridades no han querido (y al parecer no les interesa) encontrar.

El encuentro Scherer - Zambada no es de premio Pullitzer, tampoco creo de premio nacional de periodismo, de hecho se sabe que como reportero Scherer no fue el mejor, pero de ahí a que su texto en PROCESO sea de pena como lo asegura HAC, creo simplemente que no se puede coincidir.

Twitter: @juanjosesolis