En su cuenta de Twitter, la escritora y periodista Lydia

Cacho, @lydiacachosi dice que el staff de Carmen Aristegui le confirmó a ella,

a Lydia, que la Presidencia de la República exigió a MVS radio que Carmen

Aristegui leyera una carta pidiéndole disculpas a Felipe Calderón por haber

preguntado, con respeto, si era cierto o no que Calderón tiene un problema de

alcoholismo.

Lydia Cacho afirma que la carta de disculpa fue redactada en

Los Pinos y que Carmen no aceptó leerla al aire, y ese fue, concluyo yo, el

motivo por el que Aristegui ha dejado MVS radio.

Más allá de si Calderón es alcohólico o no (yo no lo creo),

lo cierto es que la periodista Carmen Aristegui, por mucho la mejor de México,

no tenía que disculparse por simplemente haber preguntado, con un enorme

cuidado, si era cierto o no el rumor acerca del gusto excesivo por la bebida

del señor Calderón.

Nadie se disculpa por hacer una pregunta. Carmen no ofendió

a Calderón ni lo acusó de nada. Simplemente pidió una explicación acerca de la

veracidad de un rumor difundido sobre todo por la oposición de izquierda.

La petición de Carmen fue respondida con altanería ("vas a

tener que leer una carta de disculpa"), y ante la altanería de Los Pinos a

Carmen Aristegui no le quedó más camino que el de la dignidad. Por eso se fue

de MVS radio.

En este episodio la que sale ganando es Carmen y el que

pierde, y mucho, es Felipe Calderón. Ya lo de menos es su alcoholismo, que no

creo que exista. Lo de más, lo terrible, lo horroroso es el autoritarismo. El

anuncio de que las libertades se están extinguiendo en México y que muy pronto

volveremos al peor pasado, el de Díaz Ordaz, el de 1968, cuando criticar al

poder era pecado mortal. Por lo que se ve empieza a serlo de nuevo.