Diferentes artistas han mostrado, desde su género y estilo, las

consecuencias del correr del tiempo en la sociedad y estructura de nuestra

hermosa capital. Hablaré de personajes como el cineasta Luis Buñuel, el

dramaturgo Willebaldo López, el dibujante (o monero) Gabriel Vargas y

finalmente Carlos Monsivaís.

La modernidad avanza de forma que nuestra ciudad se ha visto modificada

¿quién no recuerda la película: Los olvidadosde Luis Buñuel? Lamentablemente,

como lo refleja la película, la ciudad

camina al ritmo de la modernidad y relega a un sector que no puede

seguirle el paso: la clase baja, los olvidados. Dicho sector pierde cada día

mas oportunidades y es víctima de vicios, de la crueldad pero también de la

indiferencia de aquellos que no son tan diferentes sin embargo tienen la

fortuna de tener un poquito más, es decir, un sueldo mal pagado. En otros

casos, el desconocimiento de las familias al verse forzadas a un trabajo arduo

sin suficiente remuneración. En su película Luis Buñuel nos hace notar que no

sólo se incrementa la brecha que separa las clases altas y bajas, también

desplazamos a un grupo numeroso: los campesinos.

En clase de Teatro hispanoamericano del siglo XX nuestro profesor Jesús

Eduardo García Castillos incluyó acertadamente la obra Los arrieros con sus burros por la hermosa capitalde Willebaldo López quien, a la par de LuisBuñuel, refleja como esa masa enorme llamada urbe modifica creencias,costumbres, lenguaje e incluso nuestra visión de "el otro" a quien por serdiferente rechazamos. Así, padre e hijo deben salir de su lugar de origen paracaminar por las calles de la ciudad y vender de alguna manera su leña, puestoque es su único sustento. En la travesía son rechazados, humillados e inclusoeste par de campesinos al notar el cambio de ambiente en la gran ciudad decidenagregar la palabra anglosajona: company su "microempresa" de venta de leña, lohacen sin saber lo que significa, sólo por intuición y por creer que así tendránun cambio. ¿El final? Les recomiendo la obra y les aseguro que les haráreflexionar:¿cuántas veces han visto que se discrimina a alguien sólo pordefender su tradición?¿cuántas veces hemos juzgado a los demás por serdiferentes?A Gabriel Vargas en cambio lo recuerdo con afecto. Cubrió mi niñez dealegría con cada historieta de su autoría. ¡Cómo olvidar a la familia Burrón! Aesa familia luchona de clase baja, obviamente a esa edad no entendía ese ciertotoque de ironía, o la intención real de su obra, sin embargo, a pesar de lotriste las situaciones (no tener suficiente para la comida, encontrarse sintrabajo) las cualidades positivas del mexicano (o chilango) como el optimismo,la honestidad y la solidaridad brotaban en cada número de la revista. Ellenguaje de los personajes es parte importante en su obra. Jamás olvidaré lacasa ubicada en nuestra hermosa capital, en Callejón del Cuajo númerochorrocientos chochenta y chocho.Finalmente nuestra reciente pérdida: Carlos Monsiváis, escritor. No es necesarioquizá mencionar que en el museo "El estanquillo" se ha preocupado por rescatarla cultura popular. Comprometido con la historia de nuestra hermosa capital,así como con la justicia, nunca pasó por alto la matanza de estudiantes en 1968en Tlatelolco. Trató siempre que sus afiliaciones políticas y sociales fuerancongruentes con sus pensamientos, escritos y obras. Al respecto sólocuestionaré un poco su coqueteo con Televisa. Pero jamás olvidaré , como muchosde ustedes, la forma en que puso a Esteban Arce en su lugar sin que éste sediera cuenta al decirle que su programa, entonces El calabozo, era: "laescencia de la televisión mexicana".La mejor forma de mostrar elocuencia de Monsiváis para retratar anuestra hermosa capital es retomando sus palabras, en este caso de sus Días deguardar, publicación de 1970 y en la que apunta:El país en ascenso. ¿Dónde se localiza su personalidad moderna? En elcrecimiento de la industria, en el desenvolvimiento de la banca, en el impulsodesarrollista de las ciudades. México y la explosión demográfica. México y elauge de la burgesía nacional. México y las inversiones extrangeras. Ladimensión contemporánea se ve estimulada a contrario sensu por las nuevassubculturas y, de modo afirmativo, por el estallido que deposita en cada hogar,automóviles y refrigeradores. El retrato de la burguesía incluye suspretenciones y sus incertidumbres. Venga a nos el universo concentracionario delos hoteles disneylándicos: Continental Hilton, María Isabel Sheraton, Fiesta Palace.Venga a nos el reino de los grandes almacenes y las cadenas de restaurantes, elreino de Dennys, Sanborns, Aunt Jemima, Aurrerá, Minimax, las boutiques y lossupermercados, la televisión a colores y el autoestereo, las tarjetas decrédito y las giras de veintiún días por el viejo continente. Pero tambiénvenga a nos el reino de los psicoanalistas y la quiromancia, de lostranquilizantes y el terror a no pertenecer. La burguesía se ha trazado un plande ataque, de apropiación de seguridades y grandezas.(...)Pero desde unaperspectiva, nada logra disminuir o atenuar el peso específico de los hechos ya la luz del 2 de octubre la historia de los años reciente cobra otrasignificación. Un acto represivo ilumina un panorama por esa virtud de lassituaciones límite que esencializan yconcentran. 1968, dice Octavio Paz, fue un año axial. No explicó al país demodo sustantivo, nos despojó de la adjetivación. Obviedades para el manejo delpesimismo...Hoy por hoy nuestra ciudad se encuentra en las mismas condiciones, peropodemos notar que ese "manejo del pesimismo" debemos aplicarlo también a unasituación nacional que pareciera agravarse día a día. Pero nuestra hermosacapital se levanta con cálida mezcla de modernidad y palacios antiguos.Rescatemos aquello que los artistas antes mencionados han tratado de enfatizar:el coraje ante la adversidad, el optimismo, la honestidad. Póngamos solución ala pérdidad de identidad. Recordemos que como pueblo tenemos necesidadesespecíficas. Notemos la riqueza de nuestras costumbres, la ciudad de México esun paraíso cultural, Monsiváis lo comprobó al caminar plácidamente a través desus calles. Sobretodo no adoptemos ese manejo del pesimismo porque es unpequeño paso a la pérdida de memoria y una ciudad o país sin memoria jamásanalizará su pasado para vencer a los monstruos que se erigen en el presente.