La conferencia del Secretario de Salud, Miguel Ángel Córdova Villalobos, pasará a la historia como una de las más cantinflescas que este país haya visto desde que Echeverría dijo que "ni es bueno, ni malo, sino todo lo contrario".

Así, bajo el legado del terror como arma política, los panistas ven desmoronarse su campaña del miedo por los datos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien reiteraba que sus cifras de decesos causados por la influenza no tenían ningún empate con los que las autoridades de México pregonaban, que son muchos más. Al final, Calderón, a través de Córdova Villalobos, tuvo que recular, con nulo estilo cabe decir, y rectifico la cantidad de muertos a tan sólo 7 fallecidos a los que se les comprobó un cuadro de influenza. El secretario Córdova, malhumorado ante los cuestionamientos de los reporteros, no hacía más que caer en contradicciones sobre las cifras de las personas que presentan cuadros de influenza, ya no dijo ningún dato exacto, dejó todas sus declaraciones en la tierra de lo posible y los pronósticos en lo probable. Además no supo decir si las víctimas mortales de influenza fueron cremados o inhumandos, vaya secretario que no tiene ni idea de su trabajo.

De 159 muertes de las que sospechaba fueron causadas por la pandemia favorita del gobierno sólo se logró comprobar a siete de ellos. Uno podría pensar muy mal e imaginar que en un momento dado pareciera que Calderón deseaba que esos 159 fallecidos fueran víctimas de influenza. Pareciera que eso les rendiría un beneficio y por ello tomaron una actitud a la defensiva cuando la OMS contradijo esta cifra con una mucha menor. Así como las autoridades de salud, Calderón, gobernadores y demás seguidores de los discursos fabricados quienes pedían, casi con exigencia, "responsabilidad y solidaridad" ahora se ven bajo un cuestionados por sus exageraciones, incluso el congreso de la unión planea ya citar al secretario de salud para que explique, de una buena vez, que es lo que está pasando y del por qué se elevó artificialmente la cifra de muertes.

Bajo la misma línea, deberían preguntarle al ejército cuanto gastó y a quién compró tantos cubrebocas pues el director general del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades, Miguel Ángel Lezana, ha declarado la inutilidad de dicho aditamento debido a la porosidad que presenta, característica que permite que el virus entre en el organismo sin problemas.

Así que de pandemia nada, son sólo brotes los cuales deben ser atendidos en un contexto de emergencia mucho menor al que el gobierno de facto ha querido comunicar con sus rimbombantes declaraciones y sus ridículas poses de héroes de la patria. Va siendo hora que comiencen las explicaciones y una campaña de limpieza de las mentiras que el gobierno dio quien sabe con qué intención y con la complicidad de televisoras y periódicos.

Al secretario Córdova se le olvidó, u omitió, una víctima mortal más de esta farsa, y es a su partido el PAN, quien después de esto quedará en calidad de cadáver en las elecciones intermedias.

Comentarios: morfosdp@gmail.com