Salió del aire Carmen Aristegui, una de las mejores periodistas

del país. Crítica y valiente, no es la primera vez que su empresa la sanciona.

Coincide en todos los casos que cubre temas polémicos de manera constante y

ruda, pero también de forma torpe. Sostengo que sus sanciones no se deben

únicamente a mera censura gubernamental, sino que tienen un trasfondo comercial

también.

Un viejo adagio señala que "el periodismo es el arte de llenar de

noticias la parte de atrás de los anuncios". Al anunciante se le respeta. Es

decir, hay tres maneras de garantizar la viabilidad de un medio: tener subsidio

gubernamental, tener una amplia base de anunciantes o tener una gran cantidad

de lectores. Un ejemplo del tercer modelo son La Jornada y Proceso: pueden

hacer un periodismo férreamente opositor porque tienen una amplia base de

lectores que gustos pagan suscripciones o compran tales medios. Destaca que

Proceso es uno de los pocos portales noticiosos de paga en México. Un segundo

caso es Reforma: tienen muchos anunciantes y pagan bastante por cada anuncio;

su área comercial está totalmente ajena de la redacción, de manera que comprar

publicidad no genera trato especial, pero el espacio disponible para noticias

se sabe después de insertar publicidad. En el primer caso abundan medios

satélite, que viven sólo de cantar panegíricos y loas al gobierno, a pesar de

que no tengan lectores y que mucha de su devolución --pues casi no se lee- se

dedique a hacer cartón.

En el caso de los medios electrónicos, hay que respetar mucho la

pauta publicitaria: el anunciante compra cierto tiempo aire, pero además a

cierta hora o en cierto tema, una columna por ejemplo. Pasar los anuncios en

otro momento, o no pasarlos, o peor aún, agruparlos, lastima la relación

comercial entre el medio y su anunciante. Cuando Aristegui hizo una entrevista

de casi una hora, ininterrumpida con García Valseca --en la que el entrevistado

afirmó que a él lo secuestraron los mismos comandos que secuestraron a Jefe

Diego; que la autoridad sabe quienes son y que tienen protección policíaca-

concluyó diciendo al aire "estoy segura que el área comercial querrá

descontarme los anuncios que no transmitimos; vamos a ver si lo intentan". Eso

me parece burlarse de la compañía al aire.

Para mi, el motivo real de su salida pasa por ese incidente: de W

Radio salió, más que por su cobertura del caso Lydia Cacho o Marcial Maciel,

porque constantemente hacía entrevistas continuas, sin cortes comerciales; y

aunque su raitingera alto, producía

pérdidas al no cumplir la pauta comercial. No dudo que MVS le haya contratado

con un firme compromiso de cumplir, ahora sí, esa parte de respeto al área

comercial. Y es el incumplimiento de la misma, y la burla al aire sobre la

cláusula contractual, lo que causa su salida. Porque durante casi una semana se

uso el soundbytede Carmen pidiendo

al aire que Presidencia aclare si Felipe Calderón tiene o no problemas con la

bebida como imagen institucional de su noticiario. Pero burlarse al aire de su

empresa si es una violación ética que sólo Los Simpson pueden hacer al aire

respecto a la cadena Fox impunemente...

Durante esta semana en mi blog http://gjsuap.com

analizaré otros casos de economía y periodismo dignos de recordarse en este

contexto. Los invito a continuar el diálogo.

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