Me llamó Federico
Arreola para hacerme "una pregunta importante". Carambas, me alarmé. Una
pregunta importante, por teléfono, es cosa para preocupar a cualquiera. Así que
sentí algún tipo de ansiedad en los instantes previos a que me cuestionara el
señor Arreola, quien me dijo:
"Natalia, como no
encuentro a Beam, que es el experto, te pregunto a ti por qué el Chicharito
Hernández no tuitea".
Realmente no lo sé, y
eso le dije a Arreola: "Pues lo ignoro". Y no añadí ninguna palabra porque él,
de inmediato, me aclaró por qué me preguntaba eso: "Es que me llamaron del
Canal 22 para pedirme una entrevista. La señorita Arelette Robledo me ha dicho que
en la entrevista me pedirán explique por qué el Chicharito no tuitea y, en
cambio, sí lo hacen muchas figuras de la política y la economía".
Pues qué
descubrimiento ese de que el Chicharito Hernández no esté en twitter. Y, pues
ni hablar, creo que un triunfador de su talla no necesita de las redes
sociales, en las que a veces, sin duda, da pena encontrarse a figuras de la
política, como el señor Vicente Fox presumiendo que sabe que Jorge Luis Borges
ganó alguna vez el Nobel de Literatura.
Tuitee o no, el
Chicharito es un ejemplo. En efecto, Javier Hernández, hoy destacadísimo y
exitoso a nivel internacional, es a sus 22 años todo un ejemplo. Quizá lo más relevante o lo que se debiera
subrayar es que es futbolista. Claro, nadie antes había notado el talento de
este joven, hasta que con sus goles fue digno de la atención general.
Digo que habremos de
subrayar el que se trata de un futbolista, pues pocos de ellos tienen
preparación en algo más allá del deporte. La competencia en este mundo es la
cosa más complicada, nadie hace notar a nadie, al contrario. Quien quiera lanzarse
a un campo, sea de futbol, empresarial, académico, gubernamental, o de lo que
sea, lo que predomina son "las trabas" entre nosotros.
Lo que aquí pasa es
que el Chicharito tendrá alguna motivación que los otros no tienen. Quizá el
ejemplo de su abuelo Tomás Balcázar y sus grandes hazañas en el mundial de
1954. Pues sí, puede que lo siga, puede que lo supere.
Vaya papel el que uno
juega al meter goles. Quizá una forma rápida y segura para acumular éxito
internacional. Hoy el Chicharito puede decir que el esfuerzo que le ha costado
forjar su carrera lo ha llevado a un valor de 30 millones de dólares. Eso, de
la noche a la mañana, debe ser realmente satisfactorio.
Como sea, creo que resulta
un buen ejemplo de que sí se pueden lograr nuestros objetivos. No tanto por lo
joven, carismático, sonriente que el Chicharito pueda ser, sino porque hoy,
como mexicano, es el jugador más destacado de la Selección y seguido por medios
de comunicación internacionales.
Y bueno, si está en
Twitter o no el Chicharito es algo que, al parecer, interesa sobre todo a los
editores y al público del Canal 22, que es por cierto una excelente opción
televisiva. Poco comercial, muy inteligente. De lo mejor en la TV mexicana.