El abrazo

Existen muchas maneras en

los seres humanos de comunicarnos, para esto empleamos nuestros sentidos. La

boca-hablamos, el olfato-olemos, el oído-escuchamos, evidentemente el tacto es

para tocarnos. Cuando hacemos algo que nos pone en contacto con otra persona, solemos

usar los cinco sentidos; sin embargo, depende de la manera en la que nos

conectamos, definimos cual de ellos predomina.

El bebé cuando nace tiene

que ser tocado, esto te lo dicen los pediatras. En sicología se han hecho

estudios en changos a los que se les aleja del contacto de la madre al momento

de nacer y se ha demostrado que el contacto de la madre es fundamental para el

desarrollo sano, pues los changos que no son arrullados presentan patologías

que pueden generar problemas en el comportamiento, siendo más agresivos y

presentando un terrible aislamiento social y evidentemente retraso sicológico.

Esto se ha trasladado a los seres humanos, observando grupos de niños que

crecen en orfanatos; lugar en donde por diversas condiciones, los niños son

apartados de la madre al nacer, las cuidadoras verifican que coman y estén

limpios, pero no pueden arrullarlos a todos.

El abrazo para el humano

es fundamental en el desarrollo, al nacer es el arrullo, al crecer es la

caricia de la madre al hijo, los juegos con el padre serán casi siempre más

toscos, obligando al hijo a desarrollar distintas habilidades.

Cuando el adolecente se

enfrenta a su crecimiento, uno de los principales problemas es el aislamiento

al que se somete a sí mismo, en la búsqueda por su identidad personal. Podemos

ver que el adolecente no tolera el abrazo, sin embargo lo necesita, entonces

comienza a buscarlo en otros lados; claro, amigos o amigas. Si este adolecente tuvo

suficientes abrazos en su niñez su búsqueda de estos será menos ansiosa, pero

si no, la sociedad en la que se involucre, le exigirá determinados

comportamientos para conseguir ese abrazo. En este punto el adolecente además

vive el despertar de todo su sistema erótico a partir de la lívido, por lo que

el abrazo se torna más entretenido que el de la madre o el padre.

Cuando el adulto comienza

su enfrentamiento a la vida, comprende que no solo necesita la aceptación

social, sus necesidades se van tornando más complejas pero la necesidad de

abrazo es la misma. ¿Cuántos de nosotros los pertenecientes al mundo de los

adultos, sentimos rico cuando somos abrazados? Y ¿cuántos de nosotros cuando

sentimos el abrazo de nuestra pareja, lo pedimos sin necesidad sexual?

¿Cuándo fallece una

persona que buscamos hacer? Abrazamos a los dolientes, aunque no los

conozcamos, se estila dar el famoso pésame durante el abrazo. Lo que se dice es

poco, tal vez un "lo lamento" pero el abrazo siempre reconforta.

El hecho es que la

mayoría no sabemos abrazar, cuando lo hacemos, el miedo a nuestra sexualidad es

terrible, tememos que nos "malinterpreten" ciertamente me he quedado en varias ocasiones

con las ganas de abrazar a alguien por el temor de que interpreten "otra cosa".

Es decir, tenemos miedo que al abrazar a alguien se despierten nuestras ansias

sensuales o despertemos en la otra persona las suyas. Pero eso es falso.

El ser humano no solo

toca para tener sexo, también lo hace para transmitir un sentimiento y esa

energía emotiva es la que nos sentir que formamos parte del todo. Así que

tenemos que aprender a abrazar, para transmitir emociones positivas, pero

también saber abrazar para transmitir nuestros deseos. Si tienes pareja has un

ejercicio: abraza el mayor tiempo posible a éste, pero solo transmitiendo

cariño, apoyo y comprensión. Después, abrázale para transmitir deseo; aprenderás

a darte cuenta de la diferencia entre un abrazo y otro. De éste modo cuando

abraces a alguien, no tendrás problemas para transmitir el mensaje correcto.

Lo cierto es que

necesitamos abrazarnos, en el momento en el que nos encontramos socialmente, es

decir como país, necesitamos un abrazo generalizado que nos haga saber que

compartimos el mismo miedo y que juntos podemos protegernos.

El arrullo materno:

experimento desarrollado con changos por el Dr. Harry Harold y otros más. (http://video.google.com/videoplay?docid=5496543416161291814#)