Hay un entendido diáfano entre sociólogos e

historiadores: No hay un ideal de la objetividad. Nada hay totalmente objetivo.

El mero evento de decidir por una cosa en vez de otra, arroja ya una carga de

subjetividad sin importar el campo o la profesión de que se trate. Cuando elijo mi objeto de

estudio o análisis, un mundo de subjetividad se materializa en el acto mismo de

la elección. Así de simple. Un sociólogo tan brillante como C. Wright Mills,

autor de La élite del podery La imaginación sociológica, entre otras

obras, ha convocado justamente a la imaginación para lograr una mayor

aproximación al conocimiento de la realidad concreta. ¿Y qué más subjetivo que

la imaginación? Y aunque suene a perogrullada, elegir inclusive el durazno más

hermoso entre una variedad de hermosos duraznos no es una tarea objetiva sino

subjetiva. Puede ser objetiva en el sentido de que se trata de una acción X, de

un hecho N. Pero la decisión está condicionada por los referentes, el criterio,

el gusto personal o la chabacanearía de Pero Grullo, por así decirlo.

La señora Denise Dresser siempre ha deseado

dictar su discurso con la pretendida objetividad del analista político, desde

la altura de un podio que ella misma edifica y, desde allí, procura convencer a

sus lectores. Y aunque quisiéramos creerle, desafortunadamente para ella, no lo

ha logrado. Y no por el hecho enunciado en el primer párrafo en relación a la

relatividad de lo objetivo, sino porque a final de cuentas, en sus decisiones,

en su propio lenguaje, está incorporada la elección. Por si fuera poco, ha dado

de tumbos. A veces se acerca a un criterio creíble, razonable, otras, es

evidente su filiación. ¿A cuál filiación nos referimos? A la del stablishment. A la del analista,

periodista, intelectual, que en una era de crisis y sin comprometer la pluma, en

vez de tomar la causa justa como su opción o simpatía personal, que no

partidaria, expresa una monótona conformidad, una serena y apacible distancia,

una ilusoria objetividad, si no es que una franca adhesión a las instituciones

que han sido socavadas en el periodo de crisis de que se trate. Para esta clase

de personajes vanamente objetivos es preferible dejar las cosas como están, no

moverlas, por aparente temor a lo peor. Afirman el valor de los subjetivos

dichos populares: "mejor malo por conocido que bueno por conocer"; "de lo

perdido lo que aparezca"; "del plato a la boca se cae la sopa"; "más vale

pájaro en mano que ciento volando"; "se horrorizan con el petate del muerto";...

¿Juegan a los asustadizos, a tapar el pozo antes de que se ahogue el niño --se olvidan

de que "el que no arriesga un huevo no saca un pollo"-, o sincera y

objetivamente se espantan frente a la posibilidad de cambios que genuinamente

conduzcan a salidas y soluciones ante las crisis? Porque México está en crisis,

¿no es cierto, señora Dresser? Natural que ella y otros colegas suyos tienen

derecho a la apacible distancia. Pero el hecho es que no siempre la observan,

pareciera que con los actos de su pluma validan el estado de cosas por muy

crítica que sea la situación. Dan claras señales, si no de sus simpatías,

cuando menos de sus tendencias.

Solo así se explican las "Preguntas para

AMLO" que Dresser ha formulado en la Revista Proceso. Pretenden, las preguntas, "objetivamente" justificarse con lapretensión de la distancia, pero antes bien revelan la cercanía de la afiliación.Si revisamos con detenimiento los 15 cuestionamientos, de inmediato vemos quepara cualquiera que haya medianamente seguido los discursos, losplanteamientos, leído los libros de López Obrador, vistos sus videos, esaspreguntas están ya respondidas con anterioridad. ¿Y no es el trabajo de unanalista examinar los documentos y la información sobre el asunto o la personaque escribe? De haber sido el caso, Dresser no habría tenido la necesidad delos cuestionamientos y Procesosehabría evitado el pago de una colaboración. Exceden las fuentes de consultadonde puede encontrar sus respuestas, si es lo que verdaderamente desea. Peroella no ha elegido consultar el material de las evidencias, por el contrario, lainterpretación y expresión de sus intuiciones o deseos. Para un analista medianamenteinteligente e informado, es evidente que las respuestas han estado desde hacetiempo sobre la mesa o en el aire. ¿No se quieren tomar y sí por el contrario,se juega al ciego que de tarde en tarde ve con un ojo?Otro punto importante. Las preguntas en Proceso, a más de frecuentementeinconexas, están absolutamente descontextualizadas. No están precedidas poralgún párrafo o breve estudio del fenómeno a tratar. Están echadas como tirosal aire para ver qué pescan; cuando se sabe bien que los peces andan por abajoy que las aves vuelan. Y como se ha dicho en algún entremés cervantino, lasgallinas ponen huevos, los peces, pececitos, los pájaros cantan, los perrosdicen guau, los gatos miau y los patos cuac cuac cuac... Por la mismacircunstancia, sorprende que una revista con la credibilidad de Procesohaya publicado un texto que noposee sino, cuando menos, la sustancia de la ligereza (no pensemos en lasintencionalidades de la distorsión). Un texto que raya en el panfleto y que seagrega a la reciente andanada en contra del proyecto de López Obrador después queéste ha vuelto a convocar y llenar el Zócalo. ¿Se han asustado nuevamente algunos?Ya se ve venir en el horizonte gris a la caballada de Enrique Krauze Kleinborten contra del "peligro para México". Caballada tan bien curtida en losmenesteres de la crítica por encargo que ya hasta mataduras en el lomo trae. Dehecho, a manera de avanzada, apareció reciente y oportunamente una entrevista,donde los Periodistas del Milenio, con el que se quiere nuevo patriarca de lasletras mexicanas ya previamente desahuciadas por él mismo. Y todos anuncianpeligros pasados y por venir. No importa que ya todo mundo sepa dónde queda larealidad del peligro en México. La ven todos, menos los que no quieren o nosles conviene verla. La cargada tiene ya, ahora sí, subjetivo objetivo.Aunque ya hay respuestas abundantes yfehacientes, sería interesante que López Obrador, si acaso por merodivertimento, tome nuevamente el lápiz y publique una réplica a la señoraDresser en Proceso. También sesugiere a Procesoy a Dresser hacercuestionamientos a personajes como Peña Nieto y a FCH. Pero en el entendido deque respuestas como la de que Paulette prácticamente se suicidó, que el Estadode México es el paraíso terrenal de las libertades políticas y la jaujaeconómica, que las batallas se ganan una tras otra, que el empleo crece avelocidad vertiginosa, que una señora violada multitudinariamente murió degastritis crónica y que la desastrosa inundación de Tabasco se debió a laatracción que ejerce la tierra sobre la luna, o al revés, ya nos la sabemos.