Como hijo, padre y mexicano, me duele mucho y se me llena el alma de ese dolor que solo la impotencia puede provocar: el dolor de saber que como muchas otras en la historia de Mexico, esta investigación está sembrada de errores intencionales, que llevarán a encontrar a un pendejo y no a los verdaderos culpables a la cárcel. Sentimientos que la mayoría de los mexicanos revivimos cuando vemos casos como el de Paulette.

Digo a LOS y no EL culpable porque el cuerpo de Paulette fue sembrado con ayuda de varios cómplices durante las horas posteriores a que la familia y nanas fueran arraigadas; porque el cuerpo no estuvo donde lo encontraron, ya que una docena de periodistas, camarógrafos, técnicos de televisión y más de 30 agentes y peritos de la Procuraduría del Estado de México, 3 de ellos acompañados por sus respectivos perros, por cierto entrenadísimos para detectar cadáveres a través del inconfundible olor que genera un cuerpo en descomposición. Y les comento que estos perros no traían gripa, así como tampoco la traía ninguna de las más de 46 personas que estuvieron en el departamento y cuarto durante los días anteriores al descubrimiento del cuerpo de la niña.

La clave, en mi opinión, está en el arraigo y el estúpido e irresponsable argumento legal para justificarlo. Déjenme explicarles.

La figura del arraigo es un instrumento creado en los últimos años para que la autoridad del ministerio público, previa autorización de un juez, detenga a una persona que es sospechosa de un crimen, debido a que aún no se tienen todas las pruebas para completar la consignación, es decir, el pedimento ante un juez, para que este a su vez gire una orden de aprehensión; además se solicita el arraigo por haber la fundada presunción de que los sospechosos de haber cometido el delito están planeando huir. Ambos argumentos, en este caso, no cumplen el requisito, ya que en su momento el mismo procurador declaro públicamente, en 13 ocasiones, frente a las cámaras, ante las preguntas de reporteros especialistas en temas policiacos, que le insistieron una y otra vez, que si los papás o las nanas eran sospechosos y el procurador contestó, una y otra vez, que NO, y luego un reportero de Televisión Azteca le preguntó que si había la presunción de que los papás y las nanas querían huir y volvióadecir que NO, que estaban cooperando en la investigación y que solo pedía lo del arraigo para tenerlos cerca de la Procuraduría... Palabras textuales del Sr. Procurador. Si no eran sospechosos y estaban cooperando, ¿por qué el arraigo? Que curiosamente generó la oportunidad para sembrar el cuerpo de Paulette, aprovechando un sospechoso apagón de 3 horas que inutilizó las cámaras de seguridad del edificio, y a unas cuantas horas antes del milagroso descubrimiento del cuerpo de Paulette, bajo una cama donde durante días la mamá dio entrevistas y que más de 30 agentes con perros estuvieron inspeccionando.

Asimismo e inmediatamente después del descubrimiento del cuerpo de Paulette aparece en conferencia de prensa junto al Sr. Procurador ,una psicóloga certificando que la madre era una manipuladora y, además de gran abogada, que estaba literalmente fuera de sus facultades mentales... y todo esto sin haberla examinado como lo establecen los protocolos de la Sociedad Mexicana de Psiquiatría.

Y ahora pregunto: ¿Si el departamento y edificio estaban bajo resguardo, por qué no están detenidos todos los agentes de la Procuraduría del Estado de México, responsables de la vigilancia del edificio y del departamento donde apareció el cuerpo de Paulette? ¿Por qué no se han dado a conocer los nombres de ellos y de sus jefes inmediatos?

No más impunidad, no más mentiras, Sr. Procurador.

¿Debe renunciar el Procurador? No. Creo, y es mi opinión, que debe de ser despedido por el gobernador Enrique Peña Nieto para ser puesto bajo arraigo bajo sospecha de facilitar el sembrado del cuerpo de Paulette gracias a su incapacidad profesional.