Ahora que ya todo el mundo tiene la vista puesta

enlas elecciones del año 2012 en la Ciudad, en donde se renovara la

Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, las 16 delegaciones políticas y la

Asamblea Legislativa, el partido gobernante en el DF desde hace mas de 12 años,

se ha ido extraviando en sus contradicciones internas, en sus grupos de poder,

en su burocratismo inútil y lo más preocupante, en el extravío de un proyecto

identificado con la izquierda, con un proyecto diferente, que dé esperanza y siembre

la semilla del futuro para las clases populares en la Ciudad.

Estamos atrapados entre el populismo ramplón y el

asistencialismo electorero, no se fomenta ni se impulsa un programa integral de

atención a las comunidades, en donde se abarque todos los aspectos de la

sociedad de forma conjunta, el Gobierno identificado con la izquierda

electoral, ha estado cayendo en el lugar común de las dádivas para paliar de

una manera temporal las carencias de los más pobres, este modelo actualmente

está agotado.

La beneficencia pública en que se convirtieron los

programas sociales dentro del Gobierno y en las mismas delegaciones, está

jugando un papel faccioso y de control corporativo para las corrientes y los grupos

internos del PRD.

Aunado a lo anterior, no hay que dejar de nombrar que

toda esta política social es la más importante que existe en América Latina,

además que ha sido un esfuerzo y la pugna de miles de luchas por alcanzar estos

derechos para las y los ciudadanos del Distrito Federal, pero en los últimos

años, la izquierda electoral se ha estancado en ampliar las dádivas sin atacar

el fondo del problema social, incluso reproduce esquemas de explotación y

degradación humana como el bien conocido sistema de contratación por honorarios

a sus empleados, los cuales carecen de toda prestación social y antigüedad

dentro del ámbito laboral.

En materia de transporte incentiva y hace crecer los

espacios del transporte público a través de concesiones dudosas y privadas que

solo benefician a las empresas licitadoras, y los miles de empleos que se han

perdido por implementar estas medidas no son contabilizados.

Las delegaciones políticas se han convertido en un

nido de ladrones y extorsionadores profesionales, los grupos o corrientes que

controlan las diferentes delegaciones no se han movido desde que se eligen

delegados por la vía electoral (excepto Iztapalapa), lo que ha provocado que

los mismos del grupo se cubran las espaldas y fomenten la impunidad tan lacerante

que existe en la rendición de cuentas dentro de las delegaciones.

Las y los asambleistas que se dicen de izquierda están

más preocupados por ver qué nombre le ponen a las y los niños de la Ciudad, que

por asuntos másimportantes

que necesita la Ciudad, como el problema urbano, el del agua potable, la falta

de generación de empleos, el cierre de empresas, la salud, etc.

En fin, el camino ha ido desgastando la única opción

de Gobierno diferente enel país, es urgente dar un cambio de timón, y

terminar con el uso faccioso y de grupo con el que se maneja la Ciudad, la

verdadera izquierda debe retomar las riendas de la misma, los improvisados y saltimbanquis

se han apoderado de todas las estructuras, pero nunca es tarde para recuperar

el rumbo.

Por una Ciudad progresista y habitable, aún es tiempo.